Se acaba el 2020 y aún no salimos de la pandemia, pero por lo menos, ya comenzaron las vacunas. Esperamos que no aparezca otra fuñenda similar, por si así ocurriera, tendríamos que pensar seriamente en cambiar de planeta. ¿A dónde? No sabemos.
El 2020 fue un año terrible, mientras por un lado la gente se enfermaba y moría del Covid-19, la administración de Trompo Loco hacía de todo para hacerles la vida imposible a los inmigrantes indocumentados y documentados y de no haber sido por la intervención de algunos jueces federales, estuviéramos todos deportados: los indocumentados por falta de papales, y los documentados por haber recibido hasta una multa de tránsito.
Afortunadamente el incordio de la Casa Blanca ya se va: ¡Qué Felicidad!
Trompo loco está supuesto a dejar la Casa Blanca el 20 de enero, pero el hombre no pierde las esperanzas de quedarse. Por eso, los agentes del FBI deben ya ordenar una docena de “busca pies” para tirarlos en la oficina Oval. Si eso no funciona, deben desde ahora, ponerle ruedas a su escritorio para empujarlo por la Pensilvania Ave hasta que algún camión de basura lo recoja.
El 2020 también fue un año muy malo para el oeste de Michigan. Solamente en Grand Rapids se produjeron 38 homicidios, casi todos con armas de fuego. El jefe de policía, Eric Payne, ha tratado por las buenas detener la violencia, pero no le ha resultado. Parece que va a tener que ponerse las pilas y comenzar a incautar armas, aunque lo llamen “abusador”. Si hicieran un cateo casa por casa en el sureste de la ciudad, encontrarían armas para armar el Pentágono. Y si fueran a arrestar a los que poseen esas armas ilegales, que son la mayoría, tendrían que construir tres cárceles nuevas. ¡Así, de seguro que se acabaría la violencia!
Hablando de ponerse las pilas, y saliendo del patio, el nuevo presidente de Bolivia, Luis Arce, no está por dejarse tumbar. Despidió a la plana mayor del ejército, la misma que le dio el golpe de estado a Evo Morales siguiendo instrucciones de Washington y la ultra derecha boliviana. ¡Bien!
Ahora debía meterlos preso para dar un escarmiento, porque los guardias están para proteger al país, no para servirles a un grupo ni a un país extranjero.
Por último, y para despedir el año, los michiganders debemos darles las gracias a la Dictadora, perdón, la gobernadora, por haber actuado con firmeza para impedir más muertes por el Coronavirus; También a Greñita, la asesora de Salud, por haber estado informando a la población sobre la situación de la pandemia; al Cuco, vice gobernador, por espantar el virus con presencia; y a Torombolo, el director de salud del estado, por asumir las funciones que le quitaron a la Dictadora, de dictar restricciones y ordenar cuarentenas. Gracias al trabajo de todos ellos, Michigan no fue el estado más afectado por el Covid-19.
Nos vemos en los próximos jalapos, cuando estaremos a menos de dos semanas de salir de Trompo Loco. ¡Feliz Año Nuevo!
