La vacuna electoral

 

La actual administración de los Estados Unidos se parece un poco a la jerarquía católica del siglo XIV, que creía que el sol giraba alrededor de la tierra y que la tierra era el centro del universo.

Para Donald Trump y sus seguidores, Estados Unidos es el centro del mundo y el mundo gira alrededor de él.

Cuando comenzó a propagarse la pandemia del COVID-19 y la Organización Mundial de la Salud advirtió del peligro que se abalanzaba sobre la población mundial, el presidente Trump dijo que eso era una gripe que se iría tan pronto llegara el verano.  Como la OMS insistió en que no era una gripe sino una pandemia capaz de matar a millones de personas, el presidente Trump decidió romper con la OMS.  Así, Estados Unidos en medio de una crisis sanitaria mundial salió del organismo de la Naciones Unidas encargado de velar por la salud global.

Cuando las muertes se fueron multiplicando en los Estados Unidos y el número de casos subiendo como una gigantesca espuma negra sobre la esperanza de vida de los norteamericanos, el presidente Trump nombró una comisión para trabajar sobre el asunto, pero siguió minimizando el potencial letal de la pandemia.

En Tanto, China, que fue el lugar donde se conocieron los primeros casos de Coronavirus en diciembre del 2019, ya venía trabajando en busca de una vacuna contra el mal.  Rusia siguió los pasos de China y hasta Cuba comenzó a trabajar en ello.

Hace solo dos meses, que el presidente Trump anunció la entrega de dos billones de dólares a una firma farmacéutica para encontrar la vacuna contra el mal. En el mes de agosto Rusia anunció que tenía dos vacunas y que estaban en los procesos finales de confirmación.

El presidente trump había dicho que el aumento de los casos de coronavirus en el país se debía a que se estaban haciendo muchas pruebas del virus y el director del Centro de control de decesos pidió que no se hicieran las pruebas a personas que no mostraran indicios claros de poseer la enfermedad.

Estamos en un año electoral, la mayor crítica a la actual administración ha sido la negligencia en enfrentar la pandemia, lo cual actualmente representa su punto mas vulnerable en la campaña electoral.

El comportamiento que ha venido mostrando el actual presidente denuncia un muy pobre interés en la salud del pueblo norteamericano y al mismo tiempo, una alocada desesperación por no perder la oportunidad de un segundo mandato.

Ahora, como por arte de magia, sucede que tenemos una vacuna que comenzará aplicarse a los norteamericanos el 1 de noviembre, dos días antes de la elecciones.

Esperamos que se trate de una acción seria encaminada a salvar el país del abismo al que está descendiendo como producto de la pandemia, que la vacuna no sea una acción precipitada para ganar votos, en otras palabras, que sea una vacuna real y no una treta electoral.