Capitalismo y Mala Maña

 

En las sociedades capitalistas, el estado trata de proteger las inversiones privadas porque estas generan empleos y mueven el circulante incrementando el consumo.  En las sociedades socialistas modernas, ocurre lo mismo, solo que la participación del estado es mayor que la privada en los elementos de consumo básicos de la gente como los alimentos, la vivienda y los servicios de agua y energía.  En Estados Unidos, se practica el llamado neoliberalismo económico en su máxima expresión, es decir, que las empresas privadas tienen el derecho de hacer lo que quieran con los ciudadanos siempre y cuando generen riquezas, paguen impuestos y contribuyan con los candidatos en cada feria electoral.

Cuando la pandemia de Covid-19 se hizo presente en Estados Unidos, las primeras víctimas de la economía fueron los pequeños negocios, no los grandes, porque estos tienen suficiente capital de respaldo para resistir emergencias, siempre y cuando estas no se prolonguen mas de sus límites de contingencia.

Para hacer frente a la parálisis económica que generaría la cuarentena de los `estados como Michigan, el gobierno federal y el gobierno estatal decidieron crear programas de asistencia a las empresas y negocios pequeños negocios para que estos no se vieran obligas a apelar al despido de empleados y pudieran seguir operando.  Pero como auténtico estado capitalista neoliberal, y en especial bajo la actual administración, entregaron al sector financiero privado el manejo de esos recursos.  Uno de esos beneficiarios fue el banco JP Morgan Chase, el cual en aplicación de aquella vieja ley natural que dice que “el que parte y reparte se lleva la mejor parte”, fue gran ganador.

El Chase recibió como pago cientos de millones de dólares para realizar la distribución de la ayuda y dejó afuera a cientos de miles de negocios pequeños por exigencias de documentos que a estos negocios les cuesta proveer.

Las grandes y medianas compañías llevan sus documentos de contabilidad manejados por expertos cuyos servicios no pueden pagar los negocios pequeños.  Lo cual dejó en desventaja a los negocios pequeños con relación a los grandes.

Uno de los programas de auxilio a las pequeñas empresas fue el conocido como Paycheck Protection Program conocido como PPP, el cual recibieron negocios de mas de 200 empleados y muy pocos de los pequeños debido al criterio selectivo de los bancos encargados de tramitarlos.  Muchos de estos negocios que no son pequeños no dejaron de despedir empleados ni recontrataron a los que ya habían cesado.

Ahora el Congreso ha aprobado otro programa de ayuda a pequeños negocios y no dudamos que vaya a ocurrir lo mismo, porque en una sociedad como esta, en la que el sector privado pesa mas que el público, los que siempre salen ganando son los grandes.

Según los reportes respecto a la distribución de las ayudas de emergencia, las agencias públicas como La Administración de Pequeños Negocios, y las Cámaras de Comercio, dieron mejor servicio que los bancos.  Esperamos que en enero, las nuevas autoridades tomen en cuenta los errores pasados y el paquete de ayuda, no sea otra aplicación de las malas mañas del capitalismo.