SANA (AP) — Un grupo de rebeldes islámicos irrumpió el miércoles en un hotel en el que se vendían bebidas alcohólicas, incendió el lugar, mató a dos personas e hirió a otras 20 en una ciudad sureña de Yemen.

El descaro del ataque ilustra la fortaleza que han adquirido los insurgentes, entre ellos los de la peligrosa rama de al-Qaida en Yemen, y una audacia cada vez mayor en las acciones que efectúan en el sur del país.

Los rebeldes han aprovechado el vacío de seguridad que ha resultado de la turbulencia política interna que ha durado un año y en la que manifestantes exigen la renuncia del presidente Alí Abdalá Salé.

Salé aceptó un plan para la transferencia del poder pero esto no ha aplacado las protestas en su contra.

Los rebeldes atacaron el hotel debido a que el Islam prohibe el consumo de alcohol entre los musulmanes.

Un huésped en el hotel dijo que cinco individuos armados y enmascarados irrumpieron por la mañana en el lugar y dispararon en todas direcciones.

Después vertieron combustible en las alfombras y les prendieron fuego a éstas. El huésped solicitó el anonimato por temor a represalias de los rebeldes.

Nabil Mohammed Youssef, quien vive cerca del hotel en Adén, dijo que muchos huéspedes saltaron desde sus habitaciones en los niveles segundo y tercero, mientras que otros amarraron sábanas para descender y escapar.

Hace tres años, rebeldes islámicos atacaron e incendiaron un club social de la comunidad etíope en Adén porque ahí se vendían bebidas alcohólicas. No hubo víctimas en aquel incidente. Los rebeldes también atacaron y dañaron varios establecimientos en los que se vendían videos musicales


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