El expresidente Donald Trump y sus seguidores se han convertido en el Cuco de los demócratas, especialmente del presidente Joe Biden y el Comité Nacional Demócrata.

El triunfo de los seguidores de Trump en muchas de las primarias republicanas y el temor de la actual administración de que una recesión económica arrastre con las aspiraciones de seguir en la Casa Blanca, son latentes.

El presidente Biden, habló el jueves para advertir del peligro del lobo y rogar por la paciencia de los votantes en la creciente inflación que se cierne sobre la economía americana.

Biden consideró a Trump y sus seguidores como una amenaza al sistema democrático norteamericano.  Pero resulta que, para el ciudadano común de este país lo mas importante no es la democracia, sino la capacidad de hacer riquezas y el privilegio de no vivir en crisis.

Es tanto así, que ni las guerras que convierten en héroes a los presidentes han podido salvar a los mandatarios en cuyas administraciones se han producido crisis.

La administración de Jimmy Carter, pese a haber sido una de las mas pluralistas y modernas de la historia de Estados Unidos, no pudo salvarse de la crisis económica de finales de los 70s y Carter fue derrotado por un candidato ultraconservador, Ronald Reagan.  Carter, es un ingeniero nuclear con grandes méritos académicos y Reagan era solo un ex actor de muy bajo reputación en Hollywood.

La Guerra del Golfo de del 1990 que libró George H. Bush, lo convirtió en héroe, pero no lo salvó de la crisis que sufrió el país en los dos años siguientes y fue derrotado por su contendiente demócrata, Bill Clinton.

Biden, en las elecciones del 2020, tenía todo el apoyo de los votantes urbanos del país, en especial de las minorías étnicas que habían sido incesantemente castigadas por Trump.  También, de los jóvenes progresistas que rechazan la política agresiva e injerencista de Washington en otras latitudes del mundo.

En los dos años que lleva su administración ha cumplido muchas promesas de campaña, pero ha mantenido la misma irracional política exterior de Trump caracterizada por su respaldo a gobiernos de la ultraderecha en América Latina; su guerra económica con China y su desprecio a los países pobres de Africa.

Biden, no era un candidato popular en las elecciones del 2020 y mucho menos lo será ahora después del desgaste político que le heredará la inflación.

El secretario de la Reserva Federal ya admitió que las medidas restrictivas que se tomarán para controlar la inflación, afectarán las economías de las familias norteamericanas.

Por el lado republicano, no se sabe aún si Trump será el hombre de la boleta en las elecciones del 2024.  Pero lo que sí es claro, es que el respaldo que tiene de su partido es cada vez más sólido y decidido.

Trump, representa el ultranacionalismo que por muchas décadas los gobiernos norteamericanos han sembrado en las mentes de los ciudadanos en virtud de la guerra fría y el rechazo a las medidas populares bajo la calificación de comunistas.

A los norteamericanos se les ha enseñado que, el libre comercio, aún sea vendiendo a Dios en botellas, es la esencia de la libertad.  Que no hay nada mas importante que su bienestar y que las desgracias de los demás, son las consecuencias de sus incompetencias.

En virtud de esos valores, millones votarán en noviembre de este año y lo harán también en noviembre del 2024. ¡Buena suerte presidente!