GRAND RAPIDS, MICHIGAN (EVH) 25 DE JULIO 2014 – El GRB tiene una compañía profesional que consiste en 24 bailarines, practicantes y aprendices, provenientes de diferentes partes del mundo, bajo la dirección de la directora artística Patricia Barker.
Recientemente, el ballet de Grand Rapids, anunció que su programa Intensivo de Verano 2014 (2014 Summer Intensive), este año incluye a prestigiosos bailarines y coreógrafos de varias partes del mundo, incluyendo un coreógrafo proveniente de Venezuela.
Los estudiantes de ballet recibirán entrenamiento en ballet contemporáneo, saltos masculinos, coreografía original y además, asistirán a seminarios y clases especializadas en nutrición, prevención de lesiones y entrenamiento cardiovascular entre otros.
En el programa, los estudiantes van a aprender de los mejores exponentes del ballet como Keenan Kampa (Mariinsky Theatre/Kirov Ballet), Ariana Lallone (del ballet Pacific Northwest ), Sabi Varga ( de ballet de Boston), Thom Dancy ( de la compañía de danza Big Muddy), Nicole Ciapponi (del ballet de San Francisco Ballet) y Gillmer Durán (del ballet Nacional de Caracas).
Gillmer Durán, en entrevista exclusiva con El Vocero Hispano, habló de su exitosa trayectoria en el mundo de la danza y el ballet. El hispano, quien proviene de Barquisimeto, Venezuela, estudió en la Fundación de Arte Nuevo y profesionalmente ha bailado con el ballet nacional de Caracas, Danzahoy, el ballet del teatro de Tulsa y ha estado por 8 temporadas consecutivas con la compañía de ballet Eugene, entre otros.
Su versatilidad y talento, le ha permitido trabajar en danza clásica y contemporánea con varias compañías de danza y ballet de diversas partes del país. Según Durán, el amor por la danza comenzó desde su niñez, cuando sus padres en reuniones familiares lo motivaban a bailar para amenizar las fiestas.
Según el bailarín y coreógrafo, luego le ofrecieron la oportunidad de ir a una academia de danzas folclóricas en Venezuela y aunque como cualquier niño de su edad también practicó el deporte del beisbol, el amor por la danza fue mayor y eventualmente, pudo practicar danzas como el joropo, que es muy común en Venezuela, “Desde los 11 años hasta los 16, comencé a bailar las danzas folclóricas de mi país”, dijo Gillmer quien además aprendió sobre danzas panameñas y la cumbia, originalmente de Colombia.
Sin embargo, con el pasar de los años, pudo aprender sobre danza contemporánea y la influencia del jazz y los ritmos afrocaribeños aumentaron su interés en esta disciplina y a la edad de 21 años comenzó a bailar de forma profesional y años después formó parte de importantes compañías de danza y ballet de Venezuela.
Pero en el 2002, debido a los cambios de gobierno que se comenzaron a presentar en su país y con la ambición de tener más oportunidades profesionales, Gillmer Duran decidió emigrar hacia EEUU. El hispano logró conseguir un contrato en Tulsa, Oklahoma, lo que luego le permitió traer a Oklahoma a su entonces novia, hoy en día esposa, Dubraskha Arrivillaga quien también es bailarina y pocos después, los dos pudieron conseguir contratos como bailarines en este país.
Su amplia experiencia le ha permitido participar en la Iniciativa Nacional de Coreógrafos de Invine en California (Choreographers Initiative 2007 in Irvine), ha formado parte del Proyecto de Ballet 4X4 con el Ballet de Teatro de Oregón (4X4 Ballet Project with Oregon Ballet Theatre), en el ballet Pacific Northwest y el ballet de San Francisco presentado por White Bird en Portland Oregón.
Como coreógrafo, el hispano ha creado piezas para el Drop Dance Collective, The Woman Space Foundation y ha tenido varias colaboraciones creativas con Toni Pumble mientras bailaba para la compañía de ballet Eugene (Eugene Ballet Company).
Por su talento, fue escogido junto a otros 9 bailarines, en El Proyecto Nacional de Danza y la Fundación para las Artes de New England para ser parte de la Iniciativa de Desarrollo de Danza Regional Regional Dance Development Initiative (RDDI) en Portland, Oregón.
El coreógrafo, siempre está buscando nuevas colaboraciones creativas en diversas compañías y ballets nacionales y se inspira en imágenes y la música: “Cuando empiezo a trabajar en una coreografía, siento la urgencia de expresar un mensaje”, opinó Gillmer.
Por su apretada agenda, Gillmer con su esposa y su mascota, se tiene que mudar constantemente a diversas partes del país incluyendo el remoto estado de Alaska, en donde fue el director artístico y coreógrafo residente del Alaska Dance Theatre en la ciudad de Anchorage, en donde logró reposicionar la compañía de danza a través de un diverso repertorio.
Durán, quien actualmente residente en el estado de Virginia, temporalmente se encuentra en la ciudad de Grand Rapids, entrenando a las futuras promesas del ballet de Grand Rapids, que según él tiene mucho potencial para estar en un nivel nacional en muy poco tiempo.
Como coreógrafo, el venezolano quiere seguir desarrollando su carrera y tener la oportunidad de trabajar con diversas compañías de danza y seguir teniendo éxitos en este campo: “La danza necesita mucha gente que se dedique a bailar y a establecer su importancia en nuestra cultura y olvidarse de la creencia de que la danza no está diseñada para los varones”, concluyó el artista.
{jcomments on}
