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SANTO DOMINGO (AP) — Un pequeño avión se estrelló el miércoles al intentar un aterrizaje en el aeropuerto internacional de la capital de República Dominicana y murieron sus nueve ocupantes, entre ellos el reconocido productor musical boricua José Ángel Hernández, mejor conocido como Flow La Movie, junto a familiares y colaboradores, informó la empresa operadora de la aeronave.

Helidosa Aviation Group dijo en su cuenta de Twitter que en el aparato —modelo HI150 Gulfstream— viajaban dos tripulantes y siete pasajeros, incluidos seis extranjeros y un dominicano.

Identificó a los pasajeros como José Ángel Hernández (Flow La Movie), Debbie Von Marie Jiménez García, Keilyan Hernández, Hayden Hernández, Yeilianys Jeishlimar Meléndez Jiménez y Jesiel Yabdiel Silva. Los tripulantes son Luis Alberto Eljuri y Víctor Emilio Herrera.

El avión había partido del aeropuerto El Higüero con destino a Orlando, Estados Unidos, y minutos después de su despegue intentó aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Las Américas, indicó. No se informó de inmediato sobre las causas del accidente.

Debido al percance la terminal suspendió sus operaciones hasta nuevo aviso, cancelando cientos de vuelos.

El puertoriqueño Flow La Movie, de 38 años, es responsable de temas musicales urbanos latinos que cuentan con cientos de millones de reproducciones como “Te boté” interpretado por Bad Bunny y Ozuna. También produjo lo hits urbanos “La Jeepeta” de Nio Garcia, Brray & Juanka, y “Wow Remix”, en el cual participaron los artistas Bryant Myers, Arcangel, Nicky Jam, El Alfa & Darell.

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Entre flores, una imagen de la Virgen de Guadalupe y un mariachi que cimbró la arena a grito de “sigo siendo el rey”, México despedía el domingo por la noche a Vicente Fernández.

Con una ceremonia de cuerpo presente en su estado natal, Jalisco, el público le dio un último adiós al gigante de la música regional mexicana que falleció por la mañana a los 81 años, después de meses de enfermedad y hospitalización.

“Fue un honor y un gran orgullo compartir con todos una gran trayectoria de música y darlo todo por su público”, dijo su familia al confirmar el deceso en un mensaje por redes sociales que terminaba con el hashtag #ChenteSigueSiendoElRey, en alusión a su apodo, “Chente”, y a una de las más famosas canciones de mariachi.

Con los compases de “El Rey”, seguidos de “México Lindo”, se dio inicio al funeral público en el rancho de Los Tres Potrillos, a las afueras de Guadalajara, un último adiós sobre un escenario y con el sobrero charro posado en el ataúd antes del sepelio privado que tendría lugar el lunes.

Fernández, que inmortalizó canciones como “El rey” -como también le apodaban- , “Volver, volver” y “Lástima que seas ajena”, fue galardonado con tres Grammy y nueve Latin Grammy, el más reciente a mejor álbum de música ranchera/mariachi por “A mis 80’s” en noviembre.

Amante del fútbol y los palenques, vendió más de 50 millones de discos, apareció en más de 30 películas, abanderó a generaciones de artistas y se convirtió en uno de los intérpretes más representativos de la música tradicional de México.

Las reacciones populares comenzaron desde primera hora. Algunos seguidores empezaron a improvisar canciones a la puerta del hospital donde murió. Actos similares se vieron en las plazas públicas más simbólicas para los mariachis tanto de la capital de Jalisco como en Ciudad de México.

“Transmito mi pésame a familiares, amigos y millones de admiradores de Vicente Fernández, símbolo de la canción ranchera de nuestro tiempo, conocido y reconocido en México y en el extranjero”, escribió en Twitter el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.

En Estados Unidos, el presidente Joe Biden también expresó sus condolencias en su cuenta oficial de Twitter (@POTUS) el domingo por la noche: “El mundo de la música ha perdido un ícono. La música de Vicente Fernández creó recuerdos para millones. Enviamos nuestro más sentido pésame a su familia y a todos los que lo amaban. Vicente será recordado por las generaciones venideras”.

En sus últimos años, Fernández tuvo toda una serie de afecciones de salud. Le habían extirpado casi la mitad del hígado por un tumor, padeció una trombosis pulmonar y luego le operaron tres hernias que surgieron tras la cirugía hepática. Fue hospitalizado en agosto pasado por una infección renal y por una lesión en las cervicales consecuencia de una caída que sufrió en su rancho. Desde entonces, permaneció internado y sus dolencias físicas fueron en aumento.

“Un 12 de diciembre se va Vicente Fernández, que tantas mañanitas cantó a La Guadalupana”, lamentó Alejandra Frausto, secretaria de Cultura de México, destacando la coincidencia del deceso y el día de la Virgen de Guadalupe. “Un millón de mariachis acompañen tu camino”.

En abril de 2016, se despidió de los escenarios con el concierto “Un azteca en el Azteca”, en un abarrotado Estadio Azteca en la Ciudad de México, ante cerca de 85.000 espectadores que viajaron desde todas partes del país, Estados Unidos, Colombia y el resto de Latinoamérica para esta histórica presentación.

Jesús Alberto Ramírez, originario de Sinaloa y que viajó a Guadalajara para festejar sus 50 años de casado, no dudó en ir a la Plaza de los Mariachis de esa localidad nada más de enterarse de la noticia. Era “único en su género”, dijo. “Su interpretación, su carisma, todo eso en conjunto lo engrandecía”, dijo desde la plaza donde Fernández develó su estatua ecuestre en 2019.

“Traía mucha música para adoloridos”, resumió el artesano Juan Albino Escobar, de 50 años cuya esposa viene de una familia de mariachis de Tlaquepaque, un suburbio de Guadalajara.

Vicente Fernández Gómez nació el 17 de febrero de 1940 en el pueblo de Huentitán El Alto. Pasó la mayor parte de su niñez en el rancho de su padre, a las afueras de Guadalajara. Solía decir que el sueño de ser artista se realizó gracias al apoyo de su madre, Paula Gómez de Fernández, un ama de casa y que lo alentó a aprender la música folclórica. Lo llevó tanto a ver películas de la Época de Oro del cine mexicano que Fernández soñaba ser como el mítico cantante Pedro Infante (1917-1957)

A los 14 años ganó un concurso amateur de una televisora en Guadalajara y desde entonces empezó a presentarse en bares y restaurantes. La fama le llegó en 1966 cuando, tras la muerte de Javier Solís, otro grande de la música regional, la empresa CBS México (hoy Sony Music) lo contrató y grabó “Perdóname” y “Palabra del Rey”, sus primeros éxitos.

En la década de 1970 debutó en el cine con la película “Tacos al carbón” y se apuntó un éxito con “La Ley del Monte” de 1976, cuya banda sonora — también interpretada por Fernández — fue igualmente popular, incluyendo la canción homónima que se convirtió en uno de sus temas más característicos.

A muchos mexicanos, como Esmeralda Martínez, de 42 años, lo que más les gustaba de Fernández era su cercanía con el público. “El ser humilde con la gente, con el pueblo... dejando que la gente se le arrimara”, señaló esta empleada de una fábrica.

Martínez recordó que la última vez que vio a Fernández en vivo fue en una presentación gratuita frente al Hospicio Cabañas de Guadalajara tras develar su estatua, y en la que, a pesar de su avanzada edad, mantenía su voz intacta. “Una voz muy bonita, muy fuerte, una voz que no ocupaba nada, a pesar de su edad, un señorón”, dijo.

El domingo por la noche su viuda, María del Refugio Abarca Villaseñor, junto a sus hijos Vicente Jr., Gerardo y Alejandro, su hija adoptiva, Alejandra, nietos y cientos de familiares, amigos y su público le despedían a son de mariachi en su lugar favorito, su rancho.

Alejandro Fernández, un hincha del Atlas, estaba programado para cantar el himno nacional en la ceremonia previa a la final del torneo Apertura del fútbol mexicano, pero se vio forzado a cancelar su presentación.

Aunque el ’Charro de Huentitán” era seguidor de Chivas, el Atlas le rindió un homenaje con un minuto de aplausos previo al encuentro ante León mientras sonaba la canción “Volver, volver”, uno de sus más grandes éxitos.

“No dejaremos de aplaudir”, escribió Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco. Ni las cantinas mexicanas dejarán de cantarle y tomar tequilas a su salud.

VAN HORN, Texas, EE.UU. (AP) — El Capitán Kirk de Hollywood, William Shatner, de 90 años, se lanzó al espacio el miércoles en una convergencia de ciencia ficción y realidad científica, alcanzando la frontera final a bordo de una nave construida por la compañía Blue Origin de Jeff Bezos.

El astro de “Star Trek” (“Viaje a las estrellas”) y tres compañeros de viaje alcanzaron una altitud de unos 106 kilómetros (66 millas) sobre el desierto del oeste de Texas en la cápsula totalmente automatizada y luego se lanzaron en paracaídas de manera segura al suelo del desierto en un vuelo que duró poco más de 10 minutos.

Shatner hizo historia como la persona de mayor edad en el espacio, eclipsando el récord anterior — establecido por un pasajero en una excursión similar en una nave espacial Bezos en julio — en ocho años.

“¿Qué les parece eso, chicos? Eso fue diferente a todo lo que describieron”, dijo el actor mientras la cápsula descendía bajo un brillante paracaídas azul y rojo.

Los fanáticos de la ciencia ficción se deleitaron con la oportunidad de ver al hombre más conocido como el incondicional Capitán James T. Kirk de la nave estelar Enterprise ir audazmente a donde ninguna estrella de la televisión estadounidense había ido antes.

“Es un momento como para pellizcarse”, dijo la comentarista del lanzamiento de Blue Origin, Jacki Cortese, antes del despegue. Agregó que, como muchos, se sintió atraída por el negocio espacial gracias a programas como “Star Trek”.

Shatner dijo antes de la cuenta regresiva que planeaba pasar sus aproximadamente tres minutos de ingravidez mirando hacia la Tierra, con la nariz pegada a las ventanas de la cápsula.

“Lo único que no quiero ver es un pequeño duendecillo mirándome”, bromeó, haciendo referencia a la trama de su episodio de “The Twilight Zone” (“La dimensión desconocida”) de 1963 “Nightmare at 20,000 Feet” (“Pesadilla a 20.000 pies”).

Bezos es un gran fan de “Star Trek”. El fundador de Amazon tuvo un cameo como extraterrestre en una de las últimas películas de la serie y Shatner viajó gratis como invitado.

El despegue le dio un atractivo invaluable a la compañía espacial de Bezos al abarcar a los baby boomers, seguidores de celebridades y entusiastas del espacio. Shatner protagonizó la serie original de televisión de 1966 a 1969, cuando Estados Unidos competía para llegar a la luna, y luego apareció en varias películas de “Star Trek”.

El propio Bezos llevó a los cuatro tripulantes hasta la plataforma y cerró la escotilla después de que abordaron el cohete de más de 18 metros (60 pies). Un jubiloso Bezos estaba allí para recibirlos cuando la cápsula regresó, gritando: ”¡WHOOOO!”

“Hola, astronautas. ¡Bienvenidos a la Tierra!”, dijo Bezos mientras abría la escotilla y recibía a Shatner con un abrazo.

La cápsula, New Shepard, lleva el nombre del primer estadounidense en el espacio, Alan Shepard.

El vuelo se produce mientras la industria del turismo espacial finalmente está despegando, con pasajeros a bordo de naves construidas y operadas por algunos de los hombres más ricos del mundo.

Richard Branson de Virgin Galactic abrió el camino al viajar al espacio en su propia nave espacial en julio, seguido por Bezos nueve días después en el primer vuelo de Blue Origin tripulado. SpaceX de Elon Musk realizó su primer viaje privado a mediados de septiembre, aunque sin Musk a bordo.

La semana pasada, los rusos enviaron a una actriz y un director de cine a la Estación Espacial Internacional para un proyecto cinematográfico.

“Estamos sólo al comienzo, pero qué milagroso es ese comienzo. Qué extraordinario es ser parte de ese comienzo”, dijo Shatner en un video de Blue Origin publicado en la víspera de su vuelo.

Shatner se unió a Audrey Powers, una vicepresidenta de Blue Origin y excontroladora de vuelo de la estación espacial de la NASA, y dos clientes pagos: Chris Boshuizen, un exingeniero de la NASA que cofundó una empresa de satélites, y Glen de Vries, de una empresa de software 3D. Blue Origin no quiso divulgar el costo de sus boletos.

El actor aprovechó su vuelo para reírse la semana pasada en la Comic Con de Nueva York. Dijo que Blue Origin le informó que sería el hombre más viejo en el espacio.

“No quiero ser conocido como el hombre más viejo en el espacio. ¡Soy el maldito capitán Kirk!”, exclamó. Luego balbuceó actuando como si estuviera en pánico: “Capitán Kirk, yendo a donde nadie... ¿Voy a qué? ¿A dónde voy?”

Confesó: “Soy el Capitán Kirk y estoy aterrorizado”.

Bromas aparte, Blue Origin dijo que Shatner y el resto de la tripulación cumplían con todos los requisitos médicos y físicos, incluida la capacidad de subir y bajar varios tramos de escaleras en la torre de lanzamiento. Los pasajeros están sujetos a casi 6G, o seis veces la fuerza de la gravedad de la Tierra, cuando la cápsula regresa a la Tierra.

El lanzamiento de Shatner al espacio es “la cosa más tremenda que creo haber visto”, dijo Joseph Barra, un barman que llegó desde Los Ángeles para ayudar a atender durante las festividades la semana de lanzamiento de Blue Origin. “William Shatner está poniendo el listón de lo que puede hacer un hombre de 90 años”.

SANTA FE, Nuevo México, EE.UU. (AP) — La luz del sol de la tarde entraba oblicuamente por las altas ventanas de la iglesia de madera desgastada, iluminando las tablas del piso y los vitrales. Afuera, la tierra árida de las estribaciones del norte de Nuevo México se extendía por millas (kilómetros), un escenario pintoresco para un tiroteo del viejo oeste.

El actor Alec Baldwin, luciendo demacrado con una barba blanca y un traje de época mientras interpretaba a un personaje herido llamado Harlan Rust, se sentó en un banco para ensayar cómo desenfundaría un revólver Colt .45 de cañón largo y lo apuntaría hacia la cámara.

Un equipo preparó la toma tras ajustar el ángulo de la cámara tomando en cuenta las sombras. La cámara aún no estaba rodando, pero el director Joel Souza miró por encima del hombro de la directora de fotografía Halyna Hutchins para ver lo que se veía.

Souza escuchó lo que sonó como un látigo seguido de un fuerte estallido, según dijo más tarde a los investigadores.

De repente, Hutchins se quejó del estómago, se agarró la cintura y tropezó hacia atrás, diciendo que no podía sentir las piernas. Souza vio que estaba ensangrentada y que él también sangraba: el plomo de la pistola de Baldwin había perforado a Hutchins y se había incrustado en el hombro del director.

Un médico comenzó a tratar de salvar a Hutchins mientras la gente salía del edificio y llamaba al número de emergencias 911. El especialista en iluminación Serge Svetnoy dijo que la abrazó mientras estaba muriendo, con las manos manchadas de sangre. Los socorristas trasladaron a Hutchins en helicóptero a un hospital, sin éxito.

Una semana después del tiroteo del 21 de octubre en el set de la película “Rust”, los recuentos e imágenes publicadas en documentos judiciales, entrevistas y redes sociales han retratado gran parte de lo que sucedió durante la tragedia, pero aún no han respondido la pregunta clave: ¿cómo terminaron municiones reales en un arma real que se usa como accesorio de utilería, pese a precauciones que deberían haberlo impedido?

En una conferencia de prensa el miércoles, el alguacil del condado de Santa Fe, Adan Mendoza, dijo que hubo “cierta autocomplacencia” en el modo en que se manejaron las armas en el set. Los investigadores encontraron 500 cartuchos de munición, una mezcla de balas en blanco, cartuchos falsos y lo que parecían ser cartuchos reales, a pesar de que la especialista en armas de fuego del set, la armera Hannah Gutiérrez Reed, dijo que nunca debió haber municiones reales.

“Obviamente, creo que la industria ha tenido un historial reciente de seguridad”, dijo Mendoza. “Creo que hubo cierta complacencia en este set, y creo que hay algunos problemas de seguridad que deben ser abordados por la industria y posiblemente por el estado de Nuevo México”.

Mike Tristano, un veterano especialista en armas para cine, calificó de “espantoso” que las rondas reales se mezclaran con balas en blanco y rondas ficticias.

“En más de 600 películas y series de televisión que hice, nunca tuvimos una ronda real en el set”, dijo Tristano.

El tiroteo ocurrió en Bonanza Creek Ranch, una extensa propiedad que se anuncia a sí misma como “donde el Viejo Oeste cobra vida”. Más de 130 películas se han filmado allí, comenzando con “The Man from Laramie” (“Hambre de venganza”) de Jimmy Stewart en 1955. Otros largometrajes incluyen “3:10 to Yuma” (“3:10 misión peligrosa”), “Cowboys & Aliens” y la miniserie “Lonesome Dove” (“Paloma solitaria”). El western de Tom Hanks “News of the World” (“Noticias del gran mundo”) y “The Comeback Trail” (“La última estafa”), protagonizado por Robert De Niro, Tommy Lee Jones y Morgan Freeman, se rodaron allí en los últimos años.

Las disputas en el lugar de trabajo acosaron la producción de “Rust” desde su inicio a principios de octubre. En las horas previas al tiroteo, varios miembros del equipo de cámara abandonaron el set en medio de discordias por las condiciones de trabajo, incluidos los procedimientos de seguridad. Esa mañana se contrató a un nuevo equipo, pero la filmación fue lenta porque sólo tenían una cámara, dijo Souza a los detectives.

A los 24 años, Gutiérrez Reed tenía poca experiencia trabajando como armera. Ella dijo a los detectives que la mañana del tiroteo revisó las balas ficticias, balas que parecen reales, excepto por un pequeño agujero en el costado de la carcasa que las identifica como inoperables, para asegurarse de que ninguna estuviera “caliente”, según una declaración jurada en la orden de registro que se hizo pública el miércoles.

Cuando el equipo hizo una pausa para almorzar, las armas utilizadas para la filmación estaban guardadas en una caja fuerte dentro de un gran camión blanco donde se almacenan los accesorios, dijo Gutiérrez Reed. Sin embargo, la munición se dejó sin asegurar en una carretilla. Había munición adicional dentro del camión de hélice.

Después del almuerzo, la maestra de utilería de la película, Sarah Zachry, sacó las armas de la caja fuerte y se las entregó a Gutiérrez Reed, dijo Gutiérrez Reed a los investigadores.

Según una declaración jurada en la orden de registro publicada el viernes pasado, Gutiérrez Reed colocó tres armas en una carretilla afuera de la iglesia, y el asistente de dirección Dave Halls tomó una de la carretilla y se la entregó a Baldwin. El documento publicado el miércoles dice que la armera a veces le entregaba el arma a Baldwin y, a veces, a Halls.

Gutiérrez Reed declinó hacer declaraciones cuando fue contactada por The Associated Press el miércoles. En un mensaje de texto el lunes, escribió que estaba tratando de conseguir un abogado.

Sin embargo, Halls obtuvo el arma antes de dársela a Baldwin, pero no la revisó por completo. Normalmente, les dijo a los detectives, examinaría el cañón en busca de obstrucciones y haría que Gutiérrez Reed abriera la escotilla y girara el tambor donde van las balas, confirmando que ninguna de las balas esté activa.

Esta vez, declaró, sólo recuerda haber visto tres de las rondas, y no recordaba si la armera había hecho girar el tambor.

Sin embargo, gritó “pistola fría” para indicar que era segura de usar.

“Dijo que debería haberlos revisado todos, pero no lo hizo”, escribió un detective del alguacil del condado de Santa Fe en la declaración jurada publicada el miércoles.

No está claro si Baldwin apretó el gatillo deliberadamente o si el arma se disparó sin querer.

En la conmoción posterior al tiroteo, Halls encontró el arma — un revólver negro fabricado por una empresa italiana que se especializa en reproducciones del siglo XIX — en un banco de la iglesia.

Se lo llevó a Gutiérrez Reed y le dijo que lo abriera para poder ver lo que había dentro. Había al menos cuatro casquillos de bala ficticios, con un pequeño orificio en el costado, dijo a los detectives.

Había una carcasa vacía. No tenía agujero.

CHICAGO (AP) — Al Capone murió hace casi 75 años, pero está claro que el interés por este famoso gánster de Chicago se mantiene vivo después de que algunas de sus posesiones se subastaran el fin de semana por cerca de 3 millones de dólares.

El diario The Chicago Tribune reportó que la familia de Capone vendió varias de sus pertenencias, incluyendo la que fue anunciada como su arma favorita, en una subasta en California, donde viven las tres nietas que le sobreviven.

La venta, titulada “A Century of Notoriety: The Estate of Al Capone” (Un siglo de notoriedad: el patrimonio de Al Capone), se realizó en un club privado en Sacramento y atrajo a unos 1,000 postores, entre ellos 150 que asistieron en persona al evento de casi cuatro horas.

Entre los objetos que se ofrecían estaba un humidor (contenedor para puros que controla la humedad) con forma de oso, joyas con diamantes y algunas fotografías familiares. El objeto más popular resultó ser la pistola semiautomática calibre .45 favorita de Capone, que se vendió por 860,000 dólares.

La identidad de la mayoría de los compradores se mantuvo anónima, pero entre aquellos cuyo nombre se reveló estuvo Kevin Nagle, un inversionista de Sacramento y propietario de negocios. Entre los objetos que alguna vez le pertenecieron al capo conocido como “Scarface” y que Nagle eligió está el humidor decorativo, por 120,000 dólares, y una hebilla de cinturón de oro amarillo de 18 quilates, por 22,500 dólares.

La historia de Capone es conocida en parte por toda una serie de películas, programas de televisión y libros sobre el mafioso. Calificado como el enemigo público número uno tras la Masacre del Día de San Valentín de 1929, en la que siete integrantes de la banda rival de traficantes de alcohol murieron en un estacionamiento, Capone fue declarado culpable por evasión de impuestos en 1934. Pasó 11 años en la prisión federal de Alcatraz en la bahía de San Francisco y murió de un paro cardiaco en 1947 en la casa de Florida donde se cree que él y sus asociados planearon la masacre años antes.

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