Estos comprimidos asomaron con timidez hace más de una década. Mientras los sectores más conservadores repetían que eran abortivas y los ginecólogos se cansaban de explicar que no, las argentinas comenzaron a consumirlas cada vez más. Y así, en siete años las ventas se multiplicaron por cinco.

Son 160 pastillas por hora pero si se las junta en un día suman 3.863, y en un año casi un millón y medio. Las píldoras del día después o “anticoncepción de emergencia” fueron pensadas para las emergencias, pero en Argentina su consumo creció tanto que los expertos creen que ya son muchas las mujeres que las usan como un anticonceptivo habitual.

“El consumo es alarmante”, asegura Marcelo Peretta, titular del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos y quien aporta los datos sobre la comercialización de la píldora. En 2004 se vendieron en el país 319 mil unidades, y sólo se podían conseguir dos marcas. Mientras que en 2011 se vendieron 1.410.000 unidades, y se pueden encontrar 12 tipos diferentes.

Peretta sostiene que de acuerdo a las cifras que manejan en el SAFYB , el mayor consumo se da en las jóvenes de entre 16 y 24 años. “Las chicas llevan la píldora en la cartera, y hacen un uso abusivo, continuo y regular de estas pastillas”.

Sin embargo, Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer, aporta otra lectura sobre estos números: “Me parece que el aumento es lógico ante el conocimiento de este método. Con respecto a la opinión de que lo usan como método anticonceptivo, no creo que sea en todos los casos, puede ser en algunos. Lo que sí creo que es necesario es que el Ministerio de Salud difunda que éste es un método de emergencia, no permanente”.

Bianco agregó que “es para que se utilice bien y cuando corresponde. Porque si a la chica de 11 años abusada en Entre Ríos le hubieran indicado la anticoncepción de emergencia, es posible que no se hubiera embarazado”.

¿Por qué alarma el consumo de estas grageas? Porque la revolución hormonal que producen en el organismo para impedir que el espermatozoide fecunde al óvulo es tan grande que a futuro pueden producir alteraciones en el ciclo menstrual, o generar problemas mamarios. Por eso, los médicos aconsejan no tomar más de dos veces por año.

Pero lo más importante es que estas pastillas no tienen la eficacia de un anticonceptivo regular ni tampoco protegen contra las enfermedades de transmisión sexual como el Sida(neomundo.ar)


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