NEWARK, Nueva Jersey, EE.UU. (AP) — En la ciudad natal de Whitney Houston, su familia planea una servicio privado en una iglesia, sin la presencia del público. En Los Angeles, donde murió, no hay siquiera una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood donde sus fans puedan colocar flores. ¿Adónde van los corazones rotos de la legión de amantes de la música que lloran a la superestrella internacional?

Los fans que se han congregado afuera de la iglesia donde Houston será despedida el sábado en un servicio al que sólo puede accederse con invitación — y afuera de la casa funeraria donde ahora yace su cuerpo — dicen comprender por qué la familia quiere mantener al mundo lo más alejado posible. Pero también ansiaban tener la oportunidad de compartir el dolor y remembranza de una hija nativa que triunfó en grande y los enorgulleció.

Samuel Turner Jackson, de Newark, dijo que estaba deseoso de acudir a "The Rock", como se le conoce al Prudential Center. Eso antes de que la funeraria anunciara el martes que no se realizaría ningún servicio público en la arena con capacidad para 18.000 personas, una opción que la familia llegó a considerar.

La arena, casa de los Devils de Nueva Jersey de la liga de hockey sobre hielo NHL, exhibieron una imagen de Houston en una pantalla afuera el martes.

"No sabemos cuáles son las circunstancias, pero estamos seguros de que la familia sí quería compartir algo con la comunidad a la que ella le dio tanto", dijo Jackson. "Pero ellos tienen sus razones, y nosotros haremos lo mejor que podemos para rendirle nuestro respeto y llorarla".

Antonio Ballinger, de Newark, también esperaba asistir a un servicio público y "verla partir". Dijo que estaba triste de escuchar que no tendría esa oportunidad. "Pero mis bendiciones van a su familia, les deseo sólo lo mejor", expresó.

La familia dijo el martes que por el momento no realizaría un servicio público. Aun así, los admiradores de Houston en esta comunidad no perdían la esperanza.

"Quizás en algún momento más adelante hagan algo", dijo B.J. Frazier, de East Orange. "La compartieron durante mucho tiempo y ahora la quieren sólo para ellos".

Una sensación desde su primer álbum, Houston fue una de las artistas más exitosas del mundo desde mediados de la década de 1980 hasta finales de la de 1990, con éxitos como "I Wanna Dance With Somebody", "How Will I Know", "The Greatest Love of All" y "I Will Always Love You". Pero en su lucha con las drogas, su majestuosa voz se volvió ronca y ya no llegaba a las notas más altas.

La cantante de 48 años murió el 11 de febrero en un hotel de Beverly Hills, California, apenas horas antes de una presentación en una gala de Clive Davis, en la víspera de los premios Grammy. Las autoridades dicen que estaba completamente sumergida y al parecer inconsciente cuando fue sacada de una bañera.

Tras una autopsia el domingo, las autoridades dijeron que no hubo indicios de crimen ni señales obvias de trauma en el cuerpo de Houston. Podrían pasar semanas, empero, hasta que la oficina del forense complete las pruebas de toxicología para establecer la causa de muerte.

Houston nació en Newark y se crió en la vecina East Orange. Comenzó a cantar de niña en la Iglesia Bautista Nueva Esperanza de Newark, donde su madre, la cantante gospel ganadora de un Grammy Cissy Houston, dirigió el programa musical durante años.

La familia decidió que, tras haberla compartido con la ciudad, el estado y el mundo por más de 30 años, "este es su momento de decirle adiós", dijo la propietaria de la casa funeral Carolyn Whigham. "La familia le agradece a todos los fans, amigos y medios de comunicación, pero este es su momento privado".

La carroza que trasladó los restos de Houston desde un aeropuerto hasta la Casa Funeraria Whigham llegó a Newark bajo un manto de oscuridad, a mitad de la noche, negándole a los locales otra oportunidad de llorar en público.

La policía se reunió con empleados de la Iglesia Bautista Nueva Esperanza el martes para discutir la logística y cómo manejar la gran multitud que se aglomeraría en los alrededores del lugar, a una milla (poco más de kilómetro y medio) de la funeraria.

En Los Angeles, se ha vuelto una tradición que al morir una gran celebridad los admiradores coloquen flores y otras manifestaciones de afecto en la estrella del difunto en el Paseo de la Fama de Hollywood. Houston no tuvo estrella, lo que deja a los angelinos sin lugar donde expresar su dolor.

La Cámara de Comercio de Hollywood, que administra el Paseo de la Fama, explicó que Houston fue seleccionada para una estrella en 1995, pero que los representantes de la cantante nunca solicitaron una fecha para develarla. La selección venció en el 2000, dijo, pero puede reconsiderarse si la familia lo desea.

El laureado cantante de gospel Marvin Winans, amigo cercano de la familia, será quien la despida en Newark, dijeron a la AP su hijo Marvin Jr. y la oficina de Winans en la Iglesia Perfecting Faith en Detroit.

Winans, en su papel de pastor, ofició la boda de Houston con el cantante Bobby Brown en 1992; la pareja luego se divorció. Houston llegó a cantar con las hermanas CeCe y BeBe Winans, miembros de una de las familias más prominentes de la música gospel y muy cercana a su familia.

De niña, Houston asistió a una escuela entonces llamada la Escuela Franklin, que visitó con regularidad durante muchos años. El lunes, los estudiantes realizaron un servicio al aire libre en su memoria.

Houston dejó una hija, Bobbi Kristina Brown, de 18 años, de su matrimonio con Brown.

El gobernador Chris Christie ordenó que las banderas se izaran a media asta el sábado en los edificios estatales en honor a Houston, a quien describió como un "ícono cultural" a la altura de otras celebridades de Nueva Jersey como Frank Sinatra, Count Basie y Bruce Springsteen.

"Sus logros fueron gran fuente de orgullo para el pueblo de este estado", declaró


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