PHOENIX (AP) — La familia de un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos asesinado presentó el miércoles una reclamación por 25 millones de dólares por homicidio culposo contra el gobierno federal.

El documento de 65 páginas que es un precursor de una demanda fue presentado en Phoenix y afirma que Brian Terry fue asesinado por que investigadores permitieron que las armas del asesinato llegaran a las manos de criminales, informó The Arizona Republic.


Terry murió el 14 de diciembre de 2010, cuando su unidad de operaciones especiales se involucró en un tiroteo con bandidos de la frontera en un área remota en el sur de Arizona, cerca de Rio Rico.

Los investigadores encontraron dos fusiles AK-47 en el lugar que fueron rastreados hasta una investigación de contrabando de armas de la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en inglés).

Las investigaciones del Congreso y los registros del Departamento de Justicia han revelado desde entonces que agentes de la ATF permitieron que hasta 1.400 armas de fuego ingresaran a México y los AK-47 fueron adquiridos por un conocido traficante de armas.

La estrategia utilizada en la operación Rápido y Furioso sigue siendo objeto de investigaciones por el Congreso.

La familia de Terry asegura que los agentes federales fueron negligentes y actuaron "en violación de las propias políticas y procedimientos de la ATF".

La reclamación fue presentada en nombre de los padres de Terry, así como los hermanos sobrevivientes. En ella, los familiares critican a las autoridades federales por intentar encubrir la estrategia fallida en Rápido y Furioso y su relación con la muerte de Terry.

También dijo que los familiares se reunieron en marzo pasado con el ex procurador Dennis Burke, quien renunció en medio del escándalo. El reclamo alega que él incorrectamente afirmó que las armas encontradas en la escena eran de una tienda en Texas y que la bala fatal nunca se encontraría a pesar de que se recuperó durante una autopsia


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