BOGOTA, Colombia (AP) — El presidente Juan Manuel Santos, que la noche anterior amenazó con terminar el proceso de paz de La Habana tras la escalada de atentados atribuidos a las FARC, tiene previsto viajar el miércoles a Buenaventura, el principal puerto sobre el Pacífico colombiano, para encabezar un consejo de seguridad y ponerse al frente de la situación luego de que ese grupo guerrillero atacó una torre de energía y dejó sin luz a unas 400.000 personas.

El gobernante estará en el puerto, a unos 350 kilómetros al suroeste de Bogotá, en compañía del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y del vicefiscal general, Jorge Fernando Perdomo, entre otras autoridades.
Hacia las 8 de la noche del lunes (0100 GMT del martes), según autoridades militares, rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) atacaron una torre de energía y desde entonces Buenaventura no tiene fluido eléctrico.
"Es algo demencial", comentó el jefe de Estado al referirse a la situación en que la guerrilla dejó al mencionado puerto.
Las FARC, enfatizó Santos, "están jugando con candela y este proceso puede terminar, porque no podemos seguir indefinidamente en esta situación, porque el pueblo colombiano se confunde y no entiende".
La Empresa de Energía del Pacífico informó el martes en un comunicado que a partir de un sobrevuelo realizado en la zona se identificó que la situación fue generada por el atentado contra una de las torres del sistema de transmisión regional.
Señaló que están laborando para restablecer el servicio de energía en el menor tiempo posible. Militares tratan de asegurar la zona para que los operarios de la empresa de energía puedan trabajar.
Buenaventura es una de las ciudades colombianas más azotadas por la violencia en el último año. En marzo pasado por ejemplo la Iglesia Católica, la Defensoría del Pueblo y la no gubernamental Human Rights Watch denunciaron que varias personas fueron descuartizadas como consecuencia de la guerra entre dos bandas criminales que se disputan el control del narcotráfico.
Desde fines de 2012, el gobierno de Santos y las FARC adelantan en Cuba un proceso de paz para tratar de poner fin a 50 años de confrontaciones entre las partes.
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