NUEVA YORK  - Los parches de nicotina no ayudarán a las embarazadas a dejar de fumar, en parte porque muy pocas lo utilizan como lo indican los médicos, sugirió un estudio en el Reino Unido.

"El problema no está en cómo funciona el parche de nicotina.

Lo importante es si las personas lo utilizarán y lo harán adecuadamente", dijo el doctor Gideon Koren, jefe del Programa Motherisk del Hospital para Niños Enfermos de Toronto y que no participó del estudio.

Sin orientación extra que impulse a las mujeres a adherir al plan de cesación, consideró que "todo intento promedio va a fallar".

Las embarazadas serían más propensas a dejar de usar los parches porque a medida que aumenta su metabolismo, su organismo procesaría la nicotina más rápido que si no estuvieran embarazadas, lo que reduciría la efectividad de la terapia para controlar la abstinencia.

La buena noticia para los autores es que la terapia de reemplazo no aumentó el riesgo de tener un aborto, un parto de feto muerto, un parto prematuro o un bebé con bajo peso.

Eso quiere decir que el próximo paso podría ser un experimento con un parche con una alta dosis de nicotina, según opinó el equipo del doctor Tim Coleman, de la Universidad de Nottingham.

Al azar, los autores les indicaron a más de 1000 fumadoras

embarazadas de Gran Bretaña, en su mayoría en el segundo

trimestre de gestación, utilizar un parche de nicotina o un

placebo durante dos meses.

Al principio, las mujeres concurrieron a una sesión de

consejería, seguida de controles telefónicos sobre el uso de

cigarrillos.

Durante el primer mes de tratamiento, el 21 por ciento de

las mujeres tratadas con el parche dejó de fumar, comparado con

menos del 12 por ciento del grupo control.

Aun así, sólo el 9 por ciento de las mujeres tratadas con el

parche de nicotina y el 8 por ciento del grupo control seguían

sin fumar al momento del parto, una diferencia que podría

atribuirse al azar.

BAJA ADHERENCIA

El equipo halló que sólo el 7 por ciento de las mujeres

utilizó correctamente los parches durante más de un mes,

comparado con el 3 por ciento del grupo control.

"Es muy difícil ayudar a las embarazadas a dejar de fumar

cuando ellas no utilizan el tratamiento", aseguró Kathryn

Pollak, experta en cesación tabáquica del centro médico de Duke

University, Durham, Carolina del Norte.

Y eso no es por falta de interés, según aclaró Pollak, que

no participó del estudio. Pero dijo que las mujeres que no dejan

de fumar apenas se enteran de que están embarazadas son quizás

las que más ayuda necesitarán durante el proceso de cesación.

Dado que el organismo elimina la nicotina mucho más rápido

hacia el final del embarazo, Pollak opinó que el estudio sería

un ejemplo del uso de una "subdosis" y que la nicotina que

incluyen los parches comunes no sería suficiente para que las

mujeres dejen de fumar sin sufrir la abstinencia.

Pero algunos investigadores cuestionan el aumento de la

dosis por temor a los efectos adversos que podría tener en el

feto. "Debemos ser muy cuidadosos con la dosis de nicotina que

administramos", indicó Pollak.

El estudio no halló evidencia de un aumento del riesgo de

malformaciones congénitas en los bebés, de parto prematuro o de

otras complicaciones en las mujeres tratadas con los parches de

nicotina, según publica el equipo en New England Journal of

Medicine.

Koren dijo que hasta la dosis utilizada en el estudio (15 mg

durante 16 horas) ayudaría a las mujeres que también reciben

orientación cara a cara de manera regular. La psicoterapia es el

tratamiento habitual que los médicos les recomiendan a las

embarazadas que quieren dejar de fumar y lo hacen en parte

porque no es una intervención sin fármacos.

Los parches de nicotina cuestan unos 2 dólares por día y se

pueden comprar sin receta.

El Instituto Nacional para la Investigación en Salud de

Reino Unido financió el estudio(Reuters Health)


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