Algunos con penas severas, como el caso de Saulo Montalvo.
Por Sandra Raak
GRAND RAPIDS, MI (EVH) 17 DE ABRIL DEL 2012.- En los últimos meses instituciones de derechos humanos han denunciado el alto número de adolescentes que en Estados Unidos han sido condenados a “Cadena Perpetua”.
Michigan es uno de los estados de la unión donde más jóvenes son condenados como adultos. Saulo Montalvo, es un ejemplo de ello. Fue condenado a cadena perpetua a los 16 años de edad por haber participado en un robo en que una persona murió.
La mitad de su vida, Montalvo, ya un hombre de 32 años de edad, ha estado cronometrada al minuto. Montalvo, se levanta a las 5:00 am y trabaja en la cafetería de la prisión hasta las 12:05 pm, estudia y lee hasta las 5:00 pm, hace ejercicios, y antes de las 10:00 pm un oficial de la cárcel lo encierra en su celda.
La noche del 1 de febrero de 1996, Montalvo, un adolescente, condujo a sus dos amigos de esa época, Christopher Peltier, de 15 años, y Robert Maze, también de 15, hasta una tienda ubicada en el bloque 800 de la calle Alpine NW. Los dos últimos tenían planeado amenazar con un arma al cajero, robar dinero del lugar y huir. Una vez que lograran su cometido. Montalvo los ayudaría con la huida.
Sin embargo, no todo salió como habían planeado. Mientras Peltier tomaba el dinero de la caja registradora y lo depositaba en un saco. Maze le disparó fatalmente al cajero, Rodney Corp, de 61 años de edad.
Según las leyes del estado de Michigan, aquellos individuos menores de edad que cometen un crimen serio, como un asesinato, son juzgados como adultos y por lo tanto también se les puede sentenciar como tales. En el caso de Peltier, Maze y Montalvo, el juez Dennis Kolenda, tenía dos opciones al momento de la sentencia. La primera de éstas era enviarlos a prisión hasta que cumplieran los 21 años de edad y la segunda ordenar una sentencia de cadena perpetua. Kolenda dictaminó esta última a los tres adolescentes.
Debido a estas circunstancias, Peltier, Maze y Montalvo se convirtieron en tres de los 358 reos adolescentes condenados a pasar el resto de su vida en prisión. El periódico The Grand Rapids Press publicó el domingo 6 de noviembre del 2011 un estudio que reveló que entre 1988 y 1996 el número de prisioneros adolescentes sentenciados a cadena perpetua se duplicó. El incremento se debe a un cambio en las leyes del estado de Michigan según la cual aquellos individuos de entre 15 y 16 años que habían cometido un crimen violento eran automáticamente juzgados como adultos y a la hora de la sentencia el juez debía decidir si los enviaba a prisión hasta los 21 años o si se imponía cadena perpetua.
Antes de 1988, solamente los individuos de 17 años de edad que cometían un crimen violento eran juzgados como adultos. Aquellos menores de 17 años, eran juzgados como mayores solamente si un juez de la corte juvenil aprobaba dicha medida.
Durante una entrevista realizada con este medio el pasado martes 17 de abril, Saulo Montalvo explicó las razones por las cuales ayudó a Peltier y Maze el 1 de febrero de 1996.
“Quería sentirme aceptado y querido, pero al mismo tiempo no quería involucrarme tanto porque sabía que lo que estaba haciendo estaba mal” dijo Montalvo.
Al mismo tiempo, Montalvo había perdido el interés en los estudios, lo que provocó que abandonara la escuela cuando tenía 15 años. En ese momento sus padres estaban atravesando por una separación matrimonial.
“Sentía que no me permitían en ningún lugar y al mismo tiempo que estaba gravitando en distintos lugares donde de alguna manera me sentía aceptado” dijo Montalvo.
Explicó también que desde el primer hasta el octavo grado asistió a una escuela cristiana, The Potter’s House, y que sus padres, lo criaron bajo los principios religiosos.
“Al momento en que se cometió el crimen, el hecho de que me había criado como cristiano, no importó mucho, porque poco a poco fui apagando mi consciencia” dijo Montalvo.
Luego de que el juez Dennis Kolenda dictó la sentencia, los tres: Montalvo, Peltier y Maze, fueron llevados a la cárcel del condado de Kent donde permanecieron aproximadamente un mes. Durante este tiempo, se les realizó un examen médico y esperaron a ser transferidos a una prisión, en el caso del trio, ésta debía ser de nivel IV, que es de alta seguridad debido a la severidad del crimen, además de que fueron sentenciados a cadena perpetua
“La mayor parte del día la pasaba dentro de mi celda, supervisan absolutamente todo y solamente puedes salir al aire libre dos horas al día” dijo Montalvo.
Desde 1996 hasta 1997 estuvo en la prisión localizada en el condado de Ionia, donde según dijo “era pan de cada día ver reos persiguiéndose y tratando de apuñalarse.”
“Descubrí que el hecho de ser hispano, sin importar de qué país soy, me dio acceso a una comunidad cerrada que me otorgó algo de protección” añadió Montalvo.
Debido a su excelente conducta en 1999, Montalvo logró ser transferido a la prisión Brooks en Muskegon Heights, cuyo nivel de seguridad es de II. Gran parte de los reos en prisiones de este nivel han demostrado buena conducta o tienen delitos menores.
Luego de estar en prisión durante 16 años, Montalvo dijo que lo que más extraña es su libertad.
“Extraño tener la habilidad de ir a un lugar al que quiero ir, extraño no tener a alguien que me diga exactamente qué hacer a qué hora, el otro día justamente estaba pensando en eso, me he olvidado qué es la libertad porque he estado encerrado tanto tiempo y era tan joven” dijo Montalvo.
Finalizó diciendo que quisiera mostrarle a los jóvenes hispanos “todo lo que ha perdido durante este penoso proceso” dijo Montalvo.
“Hay algo más allá de la violencia, drogas o pandillas, sigan estudiando y busquen a Dios porque en él se sentirán amados y aceptados” dijo Montalvo.
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