- Considera un Fracaso la Cumbre de las Américas
- Destaca importancia del TPS para guatemaltecos
Por Andrés Abreu
GRAND RAPIDS MI (EVH) 26 DE ABRIL DE 2012.- La premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, consideró que la Cumbre de las Américas celebrada en Cartagena, Colombia los pasados días 14 y 15 de abril de este año, fue un verdadero fracaso debido a “que no pudo tan si quiera lograr la firma de un acuerdo”.
Entrevistada por El Vocero Hispano durante su visita a Kalamazoo, Michigan, la líder indígena guatemalteca, y ex candidata a la presidencia de ese país, dijo que los pueblos de América Latina están buscando su identidad y luchando por hacer lo mejor para su gente, no siguiendo directrices políticas ajenas a sus realidades.
Dijo que lo que pasó en la Cumbre fue el resultado de que todavía “no se quiere aceptar lo que está pasando en el continente”.
“Ni si quiera pudieron hacer una conclusión”, dijo.
Explicó que la Cumbre no cubrió las expectativas de los participantes, y los temas relevantes fueron obviados.
“El fracaso no solo fue por la exclusión de Cuba, fue también por la exclusión de temas vitales para la región como el problema de Argentina con España en torno a la compañía petrolera, sobre el caso de las Malvinas…”, apuntó.
Por otro lado Rigoberta Menchú se refirió al problema de los inmigrantes guatemaltecos en los Estados Unidos. Dijo que éstos necesitan del TPS, “pero de la manera que los gobiernos de Guatemala lo han manejando no se va a conseguir, no va a pasar”, dijo.
“Mientras no se busque realmente la protección de nuestros inmigrantes aquí, fuera de otra agenda política, el TPS no se va a conseguir”, dijo Menchú.
Durante la Cumbre de las Américas en Cartagena, Colombia, el presidente de Guatemala Otto Pérez Molina habló al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, sobre la necesidad del TPS, pero según trascendió también abogó por el levantamiento de la prohibición de la ayuda militar a Guatemala que fue impuesto hace más de 30 años, por la administración de Jimmy Carter, debido a las denuncias de violaciones a los derechos humanos por parte del ejército de ese país.
“Los guatemaltecos en Estados Unidos necesitan del apoyo real del gobierno de Guatemala, de que se trabaje para ayudarlos y protegerlos”, dijo Rigoberta Menchú.
Admitió sin embargo que será algo difícil debido a la conformación actual del Congreso de los Estados Unidos.
Según declaró a la prensa de su país hace una semana el presidente de Guatemala Otto Pérez Molina, Obama le dijo a él en la Cumbre de las Américas que el TPS no pasaría por el Congreso actualmente debido a la compleja situación política actual en Estados Unidos.
En otro orden, Rigoberta Menchú respondió preguntas de reporteros de El Vocero Hispano sobre sus aspiraciones políticas.
La premio Nobel de la Paz de 1992, fue candidata a la presidencia en las elecciones de Guatemala en el año 2007 y en las de septiembre del año pasado, en las que salió triunfador el candidato de la derecha y ex jefe militar de los años 80, Otto Pérez Molina.
Molina fue uno de los jefes militares durante la dictadura de Efraín Ríos Montt, considerada una de las mas sangrientas de la historia de Guatemala.
Menchú fue llevada como candidata por la organización indígena UINAQ y una colación de organizaciones de izquierda, pero quedó en la sexta posición.
“No está mal, si tomamos en cuenta que habían 27 candidatos y luego quedaron 11”, dijo Rigoberta Menchú.
Explicó que en Guatemala existe un juego político basado en la creación de organizaciones pequeñas y el surgimiento de candidatos cuyo objetivo es apoyar a otros.
“Para nosotros lo importante es crear conciencia, y nosotros creemos que el pueblo cada vez está más despierto y puede ver más claro su realidad y sus posibles soluciones”, dijo.
Rigoberta Menchú ofreció una conferencia en Western Michigan University, localizada en Kalamazoo, Michigan, como invitada de la organización “Peacejam”.
La premio Nobel de la Paz fue una de las víctimas de la represión militar contra los dirigentes indígenas y la guerrilla en su país durante la dictadura Efraín Ríos Montt y los gobierno de derecha que le continuaron. Su padre fue un activista por la defensa de los campesinos y fue torturado y asesinado por los militares. La misma suerte corrió después su madre.
Rigoberta Menchú continuó con la lucha que había iniciado su padre pero tuvo que huir del país para salvar su vida.
Desde el exilio en México, continuó dirigiendo los movimientos indígenas y en el 1992 fue reconocida con el premio Nobel de la Paz en Estocolmo.
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