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Por Michelle Jokisch

Rapid Growth Media

 

Para aquellos que viven en la Av. Grandville, el nombre Synia Jordan, representa un legado negarse a la subyugación.  Synia Jordan es la nieta de Synia McBride, quien residía hace muchos años en la Av. Grandville y durante toda su vida se rehusó a vender su propiedad en la calle 525 Church SE, un edificio que adquirió en 1943.

Jordan cuenta que luego su abuela perdió la batalla legal en contra de la Ciudad de Grand Rapids, y fue forzada a vender la propiedad bajo la condición de una expropiación.  Expropiación se refiere a la capacidad del estado de obtener una propiedad privada para el uso público o de la municipalidad, con la idea de que sea de beneficio para el público.   La misma semana en que tenía que abandonar el edificio, Mc Bride, falleció mientras dormía,  

“Ella murió por este dolor”, cuenta Jordan.  Para ella, la memoria de su abuela todavía le produce mucha tristeza, pues todavía le trae recuerdos de la manera en que la comunidad afroamericana ha sido tratada en Grand Rapids, y continúa siendo excluida de las oportunidades económicas.

El 40 por ciento de los residentes afroamericanos en Grand Rapids, viven en pobreza, de acuerdo a los datos del Censo U.S.  En otras palabras, 4 de cada 10 familias no tienen acceso económico para la adquisición de propiedades en la ciudad, donde el promedio de disponibilidad es el 1 porciento más bajo.  Y, aun si se encuentra un inmueble barato, el arrendamiento es mucho más difícil para la gran mayoría de familias afroamericanas, quienes viven de cheque en cheque.

 “Mi abuela tenía una idea muy clara de la importancia, como mujer afroamericana, de poseer una propiedad.  Esto le dio la oportunidad de desarrollarse (económicamente), y lo más importante” Jordan cuenta, “la capacidad de ayudar a los que están en necesidad”.

Durante los años 60, cuando Jordan estaba creciendo, ella les contaba que la mayoría del vecindario era predominantemente afroamericano.

 “Los Tardis, Raspberries, y los Williamsons, todos ellos eran los propietarios y vivían justo aquí” cuenta Jordan.  Cuando la autopista 131 atravesó el vecindario, “nos trasladó a todos los menos privilegiados a este lado, y así fue como latinos, afroamericanos y gente pobre, terminaron viviendo aquí”.

De conformidad con el Censo U.S., los datos acerca de aquellos que viven en la Av. Grandville, entre la vía férrea ubicado en la Av. Century y la intersección hacia el sur de Clyde Park, el 13% corresponde a los residentes afroamericanos, el 72.4 son Latinos y el 11.3% son blancos.

Aun cuando, Mc Bride ya no está con nosotros, y el edificio que ella poseía ha sido derribado, su espíritu continúa viviendo hasta el día de hoy a través de la labor de Jordan, y ella, así como lo hizo su abuela, se resiste a dejar la Av. Grandville.  A pesar de que constantemente compradores le hacen ofertas para comprar sus propiedades, incluyendo el edificio en el cual está su negocio, Samaria J’s, ella dice que no lo venderá.  Samaria J’s, es una peluquería especializada en el tratamiento saludable de cabello, está ubicada en la esquina de la calle Rumsey  y la  Av. Grandville SW. El hogar de Jordan está en la 521 Church Place SW, cerca de Pleasant en la Av. Grandville.

Actualmente, el 51 porciento de las casas, están ocupadas por sus dueños, y el 49 porciento están siendo rentadas. Al compararlo con el de la ciudad de 9 porciento promedio de la ciudad, el área de la avenida de Grandville tiene unos 6 puntos de porciento de diferencia, un 15 porciento.

Mientras Jordan se prepara para enfrentar los cambios que se avecinan y está en espera de la aprobación del llamado “Plan Específico del Área”, batalla para asegurar que todo el desarrollo que traiga esto, vaya de acuerdo con el plan del vecindario.  Este plan fue guiado por los residentes de la avenida Grandville con un enfoque en vivienda, transporte, y desarrollo.  El plan fue una colaboración entre las siguientes organizaciones: Roosevelt Park Neighborhood Association, Habitat for Humanity of Kent County, La Ciudad de Grand Rapids, Williams & Works, y Nederveld, para obtener recomendaciones de residentes en más de veinte reuniones durante un año. El mismo que puede ser leído en inglés y español aquí.    

Según los datos proporcionados, el 52 porciento de los participantes, escogieron “su casa o su departamento” como la prioridad número uno para vivir en el vecindario, “los vecinos” tienen una empatía muy cercana, con las “diversiones” del 42 al 43 porciento.

Amy Brouwer, Directora Ejecutiva de la Asociación de Vecinos del Parque Roosevelt, un asociado para el desarrollo de este plan, el mismo que se inició bajo el liderazgo de Julie Niemchick, la directora anterior, manifiesta lo siguiente:  “El plan tuvo la visión de obtener todas las recomendaciones posibles para satisfacer las necesidades de los Residentes, y esta será la prioridad número 1”.

El plan en curso, requiere que la Av. Grandville sea removida como una parte de la ruta de transporte de carga, según M-DOT.   Actualmente, la ruta de camiones, inicia en Clyde Park hacia la calle Franklin sobre la Av. Grandville.

Jordan está de acuerdo con Brouwer, quien cree que los vecinos han sido escuchados y sus necesidades han sido incluidas, y para asegurarse de que este plan incluya menos construcción de viviendas.   De acuerdo a los comentarios de los residentes, tomados en cuenta en este plan, la más grande amenaza identificada, son los desalojos que acarrean los procesos de desarrollo urbano.

Los residentes que llevan muchos años en el vecindario creen que la inversión no requiere desalojar a las personas cuando se construye respetando las relaciones.

 “Los inversionistas deben preguntar a los comerciantes y residentes por qué se sienten parte de este vecindario.  Esto ayudará a que ellos empiecen a entender el orgullo e identidad que esta comunidad tiene por sí misma”, dice Jordan.

Adicionalmente, Jordan comenta que ha estado trabajando con residentes que tienen citaciones de la ciudad por no mantener limpio su jardín, o que la fachada de su propiedad no cumple con los estándares de la ciudad.  Un residente puede enfrentar una citación por cosas tales como, el césped sin cortar, guardar un vehículo inservible dentro de su propiedad, o si existen elementos que contribuyen para que “la propiedad se deteriore”.  Para conocer los estándares, se puede revisar en el sitio web de la Ciudad de Grand Rapids.  Jordan teme que cuando los residentes reciban estas demandas, al final decidan irse del vecindario, si es que no pudiesen mantener su propiedad según los estándares exigidos por la ciudad.

 “Muchas personas en la comunidad son propietarios, pero, aun así, ellos reciben multas o notificaciones de la ciudad, diciendo que ellos deben mantener sus inmuebles de cierta manera” dice Jordan

Jordan cuenta que muchos de los residentes que hablan español, no entienden estas notificaciones, pues solo vienen en inglés, y muchos otros, sencillamente, no tienen recursos para solventar estas situaciones.

 “Yo sé que mi voz es tan fuerte como la tuya.  Yo tengo una voz y la usare” comparte Jordan.

Jordan ve su rol en la comunidad como una voz fuerte defensora para que otros también puedan hablar.  Su negación a delinquir y renunciar al espacio que ella ha conquistado como inversionista en la comunidad, y además como miembro de ella hacen de Jordan un ejemplo de firmeza digna de reconocimiento, especialmente cuando ella respalda las voces de las minorías de la comunidad, al tiempo que apoya cada proceso a favor de la avenida Grandville.{jcomments on}


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