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Por SONIA PEREZ D., Associated Press

 

GUATEMALA (AP) — El miércoles comenzó en un tribunal guatemalteco el juicio a un ex jefe policial por la muerte de 37 personas en la quema de la embajada de España en 1980 durante la sangrienta guerra civil de ese país.

 

Pedro García Arredondo, de 69 años y ex jefe de investigaciones especiales del Comando Seis de la Policía Nacional, está acusado de homicidio y de crímenes contra la humanidad por supuestamente haber ordenado que se impidiera la salida de personas del edificio mientras la embajada ardía el 31 de enero de 1980.

Manifestantes indígenas, estudiantes, campesinos, sindicales y otros habían tomado la embajada para llamar la atención sobre las masacres cometidas durante la guerra civil.

Guatemala vivió un conflicto armado de 36 años que llegó a su fin en 1996 con la firma de un acuerdo de paz y dejó al menos 245.000 muertos y desaparecidos, según un informe de Naciones Unidas.

Tras la ocupación del edificio, la policía cerró las puertas y no permitió salir ni entrar a nadie. Sólo sobrevivió el embajador español Máximo Cajal y López. Un campesino logró escapar, Otro campesino más se salvó pero fue asesinado por hombres armados tras sacarlo del hospital donde recibía atención médica.

Cajal y López falleció a principio de año pero dejó su testimonio como prueba, que se expondrá en el juicio, donde está programado que al menos 23 testigos ofrezcan su versión de los hechos.

Hilda Pineda, fiscal del Ministerio Público, dijo al leer la acusación contra García Arredondo: "Ordenó que agentes policiales a su mando destruyeran ventanas con la única intención de darle muerte a los que se encontraban ahí por considerarlos enemigos internos... Las personas ahí gritaban de dolor porque se estaban quemando", dijo

Arredondo quién se negó a declarar ante el tribunal se limitó a decir: "La verdad que ante Dios y la tierra, soy inocente, soy inocente, soy inocente", dijo.

El abogado defensor de Arredondo, Moises Galindo, dijo que la fiscalía deberá probar que su defendido es culpable de lo que se le acusa y que él era el único procesado pues los altos mandos militares de entonces ya han muerto.

Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz 1992 y una de las demandantes, expresó en el juicio la esperanza de que se respete la decisión del tribunal "para que finalmente (las víctimas) podamos cerrar un ciclo de dolor y sufrimiento". Menchú, el primer testigo en declarar en el caso, ha dicho que busca justicia por la muerte de su padre, Vicente Menchú, quien murió en la quema de la embajada.

"Mi papá siempre nos inculcó la participación comunitaria... Yo recuerdo a mi padre, que desde los 12 años me hizo acompañarlo... trabajó mucho con la organización campesina.. era un dirigente campesino", afirmó

Entre lágrimas Menchú recordó la convivencia con su padre.

"Nunca imaginé esta tragedia, que durante 34 años he jurado recordar todos los días. He sido la persona que más ha vivido esto en la opinión pública. Puedo decir que hasta la fecha después que ocurrió la masacre, yo sentía impotencia, sentía no miedo, sino coraje, frustraciones... habían roto una familia", dijo Menchú, que por momento detiene su declaración por el llanto. Arredondo quién se negó a declarar ante el tribunal dijo en escuetas palabras "La verdad que ante Dios y la tierra, soy inocente, soy inocente, soy inocente", dijo.{jcomments on}


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