Por Ramón Peralta
La medida aprobada por la administración Trump de penalizar a las personas inmigrantes que aplican por la residencia permanente, si éstas reciben ayuda de programas estatales, ya sea de asistencia médica, ayudas para alimentos, programas de vivienda y otros de asistencia a las familias, ha traído serias consecuencias para las familias inmigrantes, ya que, al verse obligadas de no acudir a estas ayudas ha provocado efectos sumamente negativos, sobre todo en la niñez y las familias en los momentos presentes cuando el país vive bajo los efectos de la terrible pandemia del Coronavirus.
Impedir que familias puedan acudir libremente a los servicios de salud en estos delicados momentos de la pandemia, constituye un abuso contra elementales principios de los derechos humanos. Según las conclusiones de estudios hechos el año pasado muestran, que las familias inmigrantes que acudían a las ayudas han experimentado un gran descenso, trayendo consecuencias graves sobre todo en la salud de la niñez y en la estabilidad emocional de las familias afectadas.
Los estudios encontraron que cerca de un 20% de las familias evitaron acudir a programas de asistencia nutricional, Medicaid y de asistencia de viviendas, debido al temor de violar las normas de penalidad de la administración contra los solicitantes de residencia permanente. El porcentaje entre las familias de escasos recursos de evitar dichos programas se elevó a un 31.5%.
Un 17% no acudió específicamente a los programas nutricionales, que proveen asistencia alimenticias a familias con niños. Dentro de este grupo todos estaban bajo el nivel de pobreza.
Debido a la poca información de las familias inmigrantes sobre los alcances del plan de la administración Trump, muchas de ellas dejaron de acudir a ciertos programas aún cuando éstos no estaban incluidos dentro de las restricciones. Entre esos programas están: Programas Especiales de Suplementos de Nutrición para mujeres y niños, y almuerzos escolares gratis o reducidos. Muchos de los padres no sabían que las normas excluían los beneficios de los niños.
Las razones detrás de la reacción de los padres se debe al presente temor que hoy existe en la comunidad de inmigrantes frente a las constantes y abusivas medidas que lleva a cabo la presente administración Trump en contra de ellos, amparado en políticas xenofóbicas.
Poner en riesgos a miles de vidas de personas, precisamente en medio de esta desastrosa pandemia, es una política totalmente descabellada de la administración Trump y contrarias a los principios de solidaridad que siempre ha mostrado la nación con aquellos que buscan refugio y oportunidades de trabajo. Miles de familias han perdido sus trabajos por causa de la pandemia. Cerca del 62% de los padres con niños o miembros de familias hispanas han reportado pérdidas de sus trabajos o partes de sus horas de labores. El tipo de trabajo que desarrollan los hispanos son de manualidades, es decir, no pueden realizarlo, como otros, desde su casa. Por otro lado, un gran porcentaje de esas familias pobres se han visto obligada a dejar el trabajo, debido a que se han tenido que quedar en casa para cuidar sus niños por los efectos de la pandemia y la imposibilidad de pagar por su cuidado.
De manera que estos problemas, junto a la iniciativa de Trump de penalizar los inmigrantes con las restricciones de aplicar por las ayudas, ha creado una situación sumamente difícil en muchas familias de inmigrantes que dejará huellas indelebles en muchos sectores de nuestra comunidad. De ahí que consideramos, que para los inmigrantes Trump es mas dañino que el Coronavirus.
