Si a decir por los conductores de Grand Rapids es, los fabricantes de autos se pueden ahorrar el colocarle luces de doblar a los automóviles, pues aquí nadie las usa. Debido tal vez, a una casi total ausencia de patrulleros en las calles, ya muy pocos respetan las señales de tránsito. Donde la velocidad límite es 35 se conducen a 55, las señales de Stop parece que dicen Cocacola; las de Yield, “pase corriendo” y las lucen rojas de los semáforos se respetan solo cuando hay transito cruzando, de lo contrario, es como si fueran verde.
Es entendible porqué están ocurriendo esas cosas, pues Grand Rapids no tiene suficientes agentes para vigilar el tránsito, y los pocos que hay, tienen que pasárselas corriendo tras los vaqueritos que andan por las calles tirando tiros como en el viejo oeste.
Eso debemos agradecerlo en parte a los genios que contrató la Ciudad el año pasado para hacer un estudio sobre el departamento de policía. Esos personajes, (sacados no se sabe de qué botella), dijeron que “no hace falta contratar mas agentes, que solo hay que saberlos distribuir”. ¿Oh si? Ya sabemos porqué el Chief Rahinsky renunció al puesto. ¡Barbarazos!
Cambiando de tema, para ser ladrón no se necesita ir a la universidad, pero por lo menos se necesita no ser tan bruto. Hubo un ladroncito del patio que se tomó una foto con un montón de armas que se robó de una tienda de las llamadas Sporting Goods, y se la envió a una mujer diciéndole que si iba a meter a su casa a robar. Como es obvio, la mujer notificó a la policía y el hombre está ahora en la chirola. Gracias a la escasa materia gris del ladroncito, la policía resolvió un caso inconcluso y recuperó armas robadas.
Señores, qué pena que murió la jueza Ruth Bader Ginsburg, una mujer muy valiosa y valiente. Responsable de cambios importantes en los procedimientos judiciales de las cortes de Estados Unidos, debido a su tenacidad en hacer respetar los derechos de las minorías.
Bader, estaba enferma de cáncer desde hace buen tiempo, pero se había resistido a retirarse para mantener el equilibrio en la Suprema Corte y evitar que el Trompo Loco aprovechara para nombrar a un energúmeno en el alto tribunal. Pero el cáncer la venció y murió. El boca de cotorra de Mitch McConnell, quien preside la mayoría republicana en el Senado, dijo que aprobaría inmediatamente la persona que nomine Trompo Loco para ocupar el cargo vacante. Lo correcto sería, que se esperaran los resultados de las próximas elecciones para que sea el nuevo presidente o el mismo Tropo Loco si se queda, que lo haga.
Los republicanos han estado nombrando jueces conservadores en la Suprema Corte de Justicia, porque han tenido la suerte de estar en la Casa Blanca cuando algunos jueces han muerto o se ha retirado. George Bush nombró dos conservadores, pero Trompo Loco nombró a Brett Kavanaugh, quien no es conservador, sino idiota. Con ese, Clerence Thomas, que nunca ha servido para nada y otro idiota ponga Trompo Loco, a la Suprema Corte tendrán que cambiarle el nombre y ponerle “La Suprema Inquisición”. ¡Que el Señor nos encuentre confesados!
Nos vemos en los próximos jalapos si la Virgencita lo permite.
