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WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump despidió el martes al director de la agencia federal que avaló la fiabilidad de las elecciones presidenciales de 2020.

Trump despidió a Christopher Krebs en un tuit, en el que dijo que su reciente declaración que defiende la seguridad de las elecciones era “sumamente inexacta”.

El despido de Krebs, quien fue designado por Trump y era director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA por sus siglas en inglés), se produjo en momentos en los que Trump se rehúsa a reconocer la victoria del demócrata Joe Biden y retira a los funcionarios de alto rango que considera no son lo suficientemente leales.

Despidió al secretario de Defensa Mark Esper el 9 de noviembre, como parte de una reorganización más amplia que colocó a personas leales a Trump en cargos de alto rango en el Pentágono.Krebs, exejecutivo de Microsoft, dirigió la agencia desde su creación luego de la injerencia rusa en las elecciones de 2016 hasta los comicios celebrados hace unas semanas. Se ganó elogios bipartidistas luego de que la CISA coordinó las tareas federales, estatales y locales para defender los sistemas electorales de la injerencia extranjera o nacional.

 

Por KATHLEEN RONAYNE

SACRAMENTO, California, EE.UU. (AP) — En la Casa Blanca de Joe Biden, la primera dama quiere seguir trabajando como profesora y el segundo caballero planea dejar su exitosa carrera como abogado para apoyar la carrera política de la vicepresidenta electa Kamala Harris.

Estados Unidos inaugura una nueva era en lo que respecta a los matrimonios políticos.

Doug Emhoff, abogado de 56 años casado con Harris, dejará su carrera a un lado el día de la inauguración del nuevo gobierno, según dijo un vocero suyo el martes. Por ahora no ha dicho mucho acerca del papel que piensa desempeñar.

“Llevamos décadas esperando esta especie de cambio de género”, expresó Kim Nalder, profesora de ciencias políticas de la Universidad Estatal de California con sede en Sacramento que se aboca a temas de la mujer y de género. “Hay mucho simbolismo en el hecho de que un hombre sacrifica una carrera importante para apoyar la carrera de su esposa”.

La decisión de Emhoff de romper su vínculo con el estudio DLA Piper da una pista acerca de cómo piensa manejar el gobierno de Biden posibles conflictos éticos. Si bien Emhoff no es un cabildero, la firma sí representa ante el gobierno a clientes como Compcast, Raytheon y el gobierno de Puerto Rico. Se tomó una licencia en agosto, cuando Harris fue nombrada compañera de fórmula de Biden.

Emhoff hizo carrera representando intereses del mundo del espectáculo en el sur de California y ha apoyado firmemente las ambiciones políticas de Harris. Se hizo amigo rápidamente de otros esposos y esposas de los otros aspirantes cuando Harris decidió buscar la nominación presidencial demócrata.

“Quiero más mujeres en cargos públicos y más compañeros, sea quien sea, que los apoyen”, expresó Emhoff en una entrevista de octubre con el portal NowThis News.

Emhoff no estuvo disponible para una entrevista con la Associates Press.

Chasten Buttigieg, esposo del excandidato a la presidencia Pete Buttigieg, dijo que se hizo amigo de Emhoff. Ambos se contaron sus experiencias como “peces fuera del agua” en el mundo de la política. Emhoff felicitaba a Chasten Buttigieg por sus presentaciones en los actos de campaña y jamás lo vio como un rival.

“Estaba allí con las mejores intenciones”, expresó Chasten Buttigieg. “Porque quería a su esposa y pensó que sería una gran presidenta”.

Buttigieg, quien también hubiera hecho historia como el primer esposo de un presidente, revela que perdió la cuenta de las veces que le preguntaron cómo quería que le dijesen, una pregunta que le pareció frívola. (Emhoff no ha dicho cómo quiere que lo llamen, pero Biden se refiere a él como el “segundo caballero”). Buttigieg dijo que Emhoff será un gran servidor público.

“Necesitas ser alguien con quien la gente puede identificarse”, expresó. “A la gente le encanta hablar con él, tomarse fotos con él. Siempre cuenta chistes de su padre y es muy simpático”.

Emhoff será el primer esposo de una fórmula presidencial judío y tiene fuertes lazos con grupos y donantes judíos.

También se hizo buen amigo de Jill Biden, quien tiene experiencia como segunda dama, y los dos hicieron presentaciones juntos durante la campaña. Jill Biden ha dicho que quiere seguir enseñando en un community college, como hizo cuando Biden fue vicepresidente.

El lunes Harris tuiteó una foto suya con Emhoff de la noche en que se informó que Biden había ganado la presidencia.

“Les presento al amor de mi vida”, les dijo a sus 11 millones de seguidores.

Harris y Emhoff se conocieron en el 2013 y se casaron al año siguiente. Fue el primer matrimonio de Harris y el segundo de Emhoff, cuyos hijos veinteañeros le dicen “Momala” a Harris, combinando su nombre de pila con una expresión yidish que quiere decir “mamita”.

Los presentaron amigos comunes. Harris recuerda la atención que recibió como mujer cuarentona soltera y su reticencia a hacer púbica sus relaciones en su biografía “The Truths We Hold” (Las verdades que guardamos). Hizo su primera presentación en público con Emhoff en el 2014, durante un acto político. Sus colaboradores dicen que en la vida de Harris hay un “antes de Doug” y un “después de Doug”.

“Saben lo que me hace reír. Y yo también”, dijo Harris.

Harris era procuradora general de California por entonces y Emhoff dirigía la oficina del estudio Venable LLP en la costa oeste, que manejaba disputas de marcas registradas y propiedad intelectual. En el pasado había representado a firmas de la talla de Walmart.

Cuando Harris llegó al Senado en el 2017, Emhoff pasó a trabajar para DLA Piper, que tiene oficinas en Washington y Los Ángeles, ciudades entre las que los dos repartían su tiempo. Más recientemente representó a clientes que incluyen una compañía de producción y una prominente bodega.

John Bessler, esposo de la senadora Amy Klobuchar y quien también es abogado, dijo que Emhoff es un “hombre moderno”, dispuesto a anteponer la carrera política de Harris a la suya.

“Es otro ejemplo del apoyo que le brinda a Kamala”, manifestó.

 

Por JONATHAN LEMIRE y ZEKE MILLER

WASHINGTON (AP) — El gobierno del presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, sumió el lunes en el caos la transición presidencial. El mandatario bloqueó la colaboración de los miembros del gobierno con el equipo del presidente electo, Joe Biden, mientras que el secretario de Justicia, William Barr, autorizó al Departamento de Justicia a investigar acusaciones sin base de fraude electoral.

Algunos republicanos, incluido el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, apoyaron los esfuerzos de Trump por impugnar los resultados de las elecciones. Pocos en el Partido Republicano reconocieron la victoria de Biden o condenaron otra iniciativa más preocupante de Trump el lunes: su destitución del secretario de Defensa, Mark Esper.

Las noticias pusieron en duda que el país vaya a asistir a un traspaso de poder tranquilo como los que han consolidado su democracia durante años. El Colegio Electoral tenía previsto confirmar oficialmente la victoria de Biden el 14 de diciembre, y el demócrata asumirá el cargo a finales de enero.

Barr autorizó el lunes a los fiscales estadounidenses a investigar acusaciones “sustanciales” de irregularidades y fraude electoral, aunque no existen pruebas generalizadas de esa clase de problemas en las elecciones de 2020. De hecho, funcionarios electorales de ambos partidos han declarado públicamente que la votación marchó bien, y también los observadores internacionales confirmaron que no hubo irregularidades graves.

El abogado de campaña de Biden, Bob Bauer, dijo que el comunicado interno de Barr autorizando las pesquisas “sólo alimentará las ‘afirmaciones engañosas, especulativas, imaginativas o remotas’ que dice combatir”.

Biden siguió adelante con sus preparativos para formar un gobierno, reuniendo un equipo de expertos para afrontar la creciente pandemia. Pero la agencia federal que debe dar luz verde al inicio de la transición demoró hacerlo. Y la Casa Blanca maniobró para expulsar a aquellos considerados como no lo bastante leales, mientras Trump seguía negándose a admitir la derrota.

El presidente se mantuvo alejado de las cámaras en la Casa Blanca mientras continuaba la conversación sobre cómo pasaría los próximos días y semanas al tiempo que impugnaba la voluntad popular. No se esperaba que Trump admitiera la derrota oficialmente, aunque era probable que abandonara reacio la Casa Blanca al final de su mandato, según varias personas de su entorno.

También se especulaba sobre la celebración de más mítines en un intento de mantener motivados a los seguidores de Trump a pesar de la derrota. Era posible que incluyeran la participación de su familia y de importantes aliados, pero no la del presidente.

Algunos colaboradores de Trump creían que la destitución de Esper, el responsable del Pentágono, sería la primera de varias, ya que el presidente ya no tiene que responder de nuevo ante los votantes y está molesto con los miembros del gobierno a los que considera insuficientemente leales. Otros que podrían verse señalados son el director del FBI, Christopher Wray; la directora de la CIA, Gina Haspel, y el doctor Anthony Fauci, experto en enfermedades infecciosas.

El presidente recibió el visto bueno de McConnell para seguir peleando. Muchos republicanos ven al líder republicano en el Senado como el hombre que tendrá que señalar la salida a Trump en algún momento.

“En realidad, nuestras instituciones están diseñadas para esto”, dijo McConnell al abrir la sesión del Senado el lunes. “Tenemos el sistema para considerar las preocupaciones, y el presidente Trump está en pleno derecho de investigar acusaciones de irregularidades y estudiar sus opciones legales”.

El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, replicó que la resistencia de los republicanos a aceptar los resultados de las elecciones era “extremadamente peligrosa, extremadamente venenosa para nuestra democracia”.

“Joe Biden ganó las elecciones con justicia”, añadió Schumer.

Unos pocos senadores republicanos hicieron tibios gestos admitiendo un cambio de gobierno. El senador de Nebraska Ben Sasse felicitó a Biden, y la senadora Susan Collins de Maine mencionó la “aparente victoria” demócrata. Pero muchos congresistas republicanos eran reacios a hablar sobre las elecciones, viendo poco incentivo político a tomar una postura firme sobre la salida de Trump de la Casa Blanca.

Los republicanos en el Capitolio han sido reacios a presionar al presidente para que admita la derrota, sabiendo que molestaría a su base de seguidores devotos de Trump. La mayoría tampoco avivaba abiertamente las afirmaciones sin base del presidente sobre un fraude, aunque no despejaban los cuestionamientos sin pruebas sobre el proceso electoral.

Para aumentar la sensación de incertidumbre, la Administración de Servicios Generales (GSA, por servicios en inglés) demoró el inicio oficial del traspaso de poder, impidiendo que los equipos de Biden accedieran a las agencias federales. Un portavoz de la agencia dijo el lunes por la noche que aún no había una “constatación” sobre el ganador de las elecciones.

Señalando a las acciones de la agencia durante el recuento ampliado en los comicios de 2000, el vocero señaló que podría no iniciar el proceso de transición hasta que Trump admitiera la derrota o el Colegio Electoral se reuniera el mes que viene.

Ese recuento en Florida implicaba un margen de apenas 537 votos en un estado que podría haber determinado qué candidato obtenía los 270 votos electorales para proclamarse presidente. Las ventajas de Biden en Wisconsin, Pensilvania y Michigan, que le dieron los votos para llegar a la Casa Blanca, son mucho mayores, y más amplias que las ventajas de Trump en esos mismos estados en 2016.

En una llamada el lunes por la noche con periodistas, un funcionario encargado de la transición dijo que el equipo de Biden cree que es hora de que el administrador de la GSA certifique que Biden es el presidente electo. El funcionario, que habló bajo condición de anonimato, indicó que “desde luego hay una posibilidad” de acciones legales si eso no ocurre, aunque también se barajan otras opciones.

Mientras tanto, el gobierno parecía ir reduciendo su actividad a todos los niveles.

Empleados de la Casa Blanca y cargos políticos nombrados por Trump informaron a los funcionarios de carrera del gobierno de que no debían iniciar el proceso de transición hasta que la GSA lo aprobara, según personas familiarizadas con la situación.

Un miembro del gobierno dijo que el director presidencial de personal, John McEntee, exasesor personal del presidente, había transmitido a los departamentos que debían cancelar por ahora cualquier nombramiento político. Otro funcionario dijo que la advertencia no se interpretó como un preliminar a despidos, sino para recalcar que no se tomaran decisiones en contra de Trump mientras el mandatario no aceptara la derrota. Estos funcionarios y otros que no estaban autorizados a comentar políticas internas o describir conversaciones privadas pidieron anonimato.

Pero algunos elementos del gobierno federal ya se habían movilizado para preparar el relevo. El Servicio Secreto de Estados Unidos y la Administración Federal de Aviación ampliaron hasta el día de la investidura una restricción de vuelo en torno a Wilmington, Delaware, donde vive Biden. También se ha reforzado su equipo de seguridad con agentes de la División de Protección del Presidente.

Y pese a la postura pública de Trump, en su círculo interno iba ganando fuerza la idea de que el resultado electoral sería imposible de cambiar. Algunos miembros importantes del gobierno han intentado argumentar que Trump debe centrar sus esfuerzos en consolidar su legado, pero temen que se los señale como desleales por siquiera pensarlo.

Las acciones legales en estados en disputa como Georgia y Wisconsin ya han sido desestimadas. Y los esfuerzos de Trump sufrieron otro golpe el lunes cuando el asesor de campaña David Bossie, encargado de dirigir la ofensiva legal, dio positivo en coronavirus.

Bossie estuvo en la fiesta electoral en la Casa Blanca, celebrada en interior, que ahora se está planteando como un posible evento masivo de contagios tras los positivos del jefe de despacho de la Casa Blanca, Mark Meadows; el secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, Ben Carson, y otros asesores.

En la Casa Blanca, el número de colaboradores presentes ha ido cayendo desde la noche electoral, debido en parte al resultado, y en parte a que varios están en cuarentena tras contagiarse o verse expuestos a personas con COVID-19. El vicepresidente, Mike Pence, tenía previsto salir el martes a unas vacaciones en Florida tras visitar el Capitolio.

La agenda pública de Trump no ha incluido una reunión informativa con personal de inteligencia desde el 1 de octubre. La Casa Blanca no ha proporcionado ningún resumen de llamadas del presidente con líderes extranjeros en semanas. No se ha reunido en meses con miembros del equipo de trabajo contra el coronavirus. Tampoco ha hecho declaraciones públicas sobre la tormenta tropical Eta, que está castigando los Cayos de Florida.

La prolongada resolución de los comicios sólo ha agravado la cultura de suspicacia que ha inundado la ahora vacía Ala Oeste de la Casa Blanca.

Se Extenderá del 9 al 29 de noviembre Para Recordarles a Todos Que se Abrochen y Obedezcan la Ley Sobre el Uso del Cinturón

 

WASHINGTON – La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) del Departamento de Transporte de EEUU lanzó hoy su movilización nacional de cumplimiento de la ley sobre el uso del cinturón, Abrochado O Multado, recordando a todos que los cinturones de seguridad salvan vidas.

“Los cinturones salvan miles de vidas cada año, y la iniciativa Abrochado O Multado del departamento es un recordatorio crítico que los conductores deben llevar abrochado el cinturón cada vez que se pongan detrás del volante”, dijo la Secretaria de Transporte de EEUU, Elaine L. Chao.

Abrochado O Multado combina el cumplimiento estatal de la ley sobre el uso del cinturón con una campaña publicitaria de concientización pública de $8 millones en televisión, radio, web y redes sociales, tanto en inglés como en español. Los anuncios se publicarán del 9 al 29 de noviembre, mientras que la movilización de cumplimiento de la ley se extenderá del 16 al 29 de noviembre. 

“Los cinturones salvan vidas – pero solo si los usan. Abrochado O Multado recuerda a todos a llevar abrochado su cinturón de seguridad todos los viajes, todo el tiempo, y los policías patrullarán nuestras carreteras para hacer cumplir estas leyes que salvan vidas”, dijo Administrador Adjunto de NHTSA, James Owens.

En 2017, se estima que los cinturones de seguridad salvaron 14,955 vidas. De 2013 a 2017, los cinturones salvaron casi 70,000 vidas. Para obtener más datos sobre los cinturones y ocupantes (en inglés), haz clic aquí.  

En 2018, casi la mitad de los 22,697 ocupantes de vehículos de pasajeros que murieron en choques estaban desabrochados – el 52% de los hombres que murieron en vehículos de pasajeros no estaban abrochados, en comparación con el 39% de las mujeres. Según la Encuesta Nacional del Uso de Protección para Ocupantes, la tasa del uso de los cinturones siguió siendo más baja para los hombres (87.7%) que las mujeres (92.0%) en 2018.

Entre los adultos jóvenes de 18 a 34 años que murieron en choques en 2018, más de la mitad (58%) estaban desabrochados por completo, uno de los porcentajes más altos de todos los grupos de edad. Abrochado O Multado se dirige especialmente a los hombres jóvenes de este grupo de edad, porque las investigaciones muestran que son mucho menos propensos a llevar abrochados los cinturones. 

La movilización de cumplimiento de la ley de este año una vez más será lanzada por la iniciativa Frontera a Frontera, un evento nacional de un día de concientización sobre el uso del cinturón de seguridad, coordinado por los estados participantes el 16 de noviembre. 

 

Por MARK SHERMAN

WASHINGTON (AP) — Una semana después de la elección, funcionarios republicanos y el gobierno del presidente Donald Trump presentarán nuevos argumentos para tratar de eliminar la Ley de Cuidado de Salud Asequible, un objetivo que ha fracasado reiteradamente en el Congreso y los tribunales.

En alegatos previstos en las próximas horas, la Corte Suprema abordará por tercera vez la ley sancionada hace 10 años conocida como “Obamacare”. Secretarios de justicia republicanos de 18 estados y el gobierno quieren anular la ley, lo que despojaría del seguro de salud a más de 23 millones de personas.

Se prevé que el presidente electo Joe Biden pronuncie un discurso al respecto en la siguientes horas.

Esto eliminaría las protecciones para personas con trastornos de salud preexistentes, las primas subsidiadas de seguros que vuelven asequible la cobertura para millones de personas y una expansión del programa Medicaid disponible para las personas de bajos ingresos en la mayoría de los estados.

California encabeza un grupo de estados gobernados por los demócratas que pide a la corte que mantenga la ley.

El caso llega ante una corte con tres jueces designados por Trump: Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett, quien ingresó al alto tribunal el mes pasado tras un proceso acelerado de confirmación para suceder a la difunta Ruth Bader Ginsburg.

Los tres designados por Trump nunca han fallado sobre el contenido de la ley. Sin embargo, Barrett ha criticado las resoluciones anteriores de la corte que ratificaron la ley, ambas redactadas por el presidente del tribunal, John Roberts.

El hecho de haber postergado la audiencia para después de las elecciones podría afectar el caso, ya que el presidente electo Joe Biden es un firme partidario de la ley promulgada por el gobierno de Barack Obama, del cual era vicepresidente.

En 2017, el Congreso controlado por los republicanos redujo a cero la sanción por no tener seguro de salud. Con ello, la obligatoriedad de tener seguro de salud es inconstitucional, sostienen los republicanos.

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Entrevistas con El Vocero Hispano: Oasis Legal Group // Abogado Jairo Hernandez

Andrés Abreu entrevista al abogado Jairo Hernández de la firma Oasis Legal Group. Hernández es especializado en asuntos de inmigración y estará ofreciendo sus servicios en Grand Rapids. Su oficina está localizada en la 250 Monroe Ave NW en la suite 400, oficina 440 y estará abierta publico a partir del 1 de octubre.

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