Para los que piensan que Estados Unidos es un país súper desarrollado, aquí tienen la prueba de lo contrario: millones de norteamericanos se oponen a que los niños usen mascarillas en las escuelas para protegerse del Covid. En la reunión de los Comisionados del condado de Kent, aparecieron decenas de burritos diciendo que el uso obligatorio de la protección contra el Coronavirus es comunismo. ¡Válgame Dios!
Por culpa de esos descerebrados, que desde un principio se opusieron a las restricciones y las vacunas, el Covid se ha esparcido de nuevo y la única forma de detenerlo, además de la vacuna, es volviendo a tomar medidas de precaución. Parece increíble que en un país con tan poderosa economía y tanto desarrollo tecnológico haya todavía tanta gente que no cree en la ciencia.
¡De todo veréis en la viña del Señor!
Hablando de gente que no sabe pensar, la policía de South Haven está culpando al juez que tuvo el caso del joven que disparó contra la multitud en la playa de esa ciudad, por no haberlo mantenido antes en prisión. ¡Qué genios! ¿Qué querían? ¿Qué el juez violara los procedimientos judiciales? Lo que tienen que entender los departamentos de policía es, que el 99 por ciento de los tiroteos masivos que se producen en Estados Unidos son consecuencia de la venta no regulada de armas. Hemos dicho muchas veces que, locos hay en todas partes, pero armados, solo aquí.
Los agentes dicen que cuando instrumentaron el caso contra el hombre hace unos meses, presentaron muchas pruebas de que éste era peligroso. Entonces, ¿por qué ellos no se ocuparon de asegurarse de que el individuo no tuviera acceso a armas de fuego? ¿Querían que el juez lo condenara por lo que no había hecho todavía?
Lo grave de todo esto es, que si usted le pregunta a ese mismo jefe de policía si está de acuerdo con que se regule la venta de armas, le va a contestar que no, porque como dicen muchos “eso viola la segunda enmienda de la constitución”.
Entonces, ¡Que siga la fiesta!
Saliendo del patio, el mundo señores no va por buen camino, mientras por un lado surgen las consecuencias de los errores de la política exterior de los Estados Unidos, como es el caso de Afganistán, la actual administración prepara el terreno para cometer otros mas. Una muestra de ello es el disparatado viaje de la vicepresidenta Kamala Harris a Vietnam. Va a ofrecerle ayuda a Vietnam mientras a 90 millas de las costas americanas miles de cubanos corren peligro de morir porque Estados Unidos, además de que no los ayuda, les impide comprar insumos para producir vacunas y respiradores a los enfermos.
Por otro lado, Rusia trata de competir con Estados Unidos en la venta de armas. Realizó un evento gigantesco en Moscú para vender armas a todo el mundo. ¡A dónde vamos!
Lo triste es que quienes pagarán las consecuencias de esas barbaridades son las nuevas generaciones. ¡Que el Señor los encuentra confesados!
Nos vemos en los próximos jalapos si la Virgencita lo permite.
